sábado, 8 de diciembre de 2007

DOS IDEAS DISTINTAS DE PROGRESO


Alberto BUELA
Al ingeniero Ramón Canalis, ocupado en estos temas
La idea de progreso sin fin es una de las ideas de la modernidad que se han quebrado con mayor resonancia. Ya nadie cree en su sano juicio que la humanidad esté progresando indefinidamente, sobre todo después de los dos bombazos atómicos, una guerra mundial con 40 millones de muertos en el centro de la culta Europa, con más de 100 millones de muertos producidos por el comunismo y más de 70 conflictos bélicos locales de alta densidad durante el siglo XX. Todo ello adornado con varios genocidios, desde el armenio en 1915 al africano de Darfour que desde el 2003 hasta el presente se come 10.000 muertos por mes. (1)
Sobre estos datos brutales, ¿puede el hombre renunciar a la idea de progreso? No; lo que hay que hacer es entenderla de otra manera. Dejar de entender el progreso como la urgencia de incrementar la riqueza material y pasar a entenderlo como equilibrio. Así sostenemos que debemos pasar de la idea de progreso como crecimiento y productividad a la de equilibro y sustentabilidad. Hay que asociar la idea de desarrollo material, con la que tanto tiene que ver la ingeniería, con las nociones de equilibrio sustentable. Hay que resolver la ecuación entre mayor calidad de vida, siempre reclamada por la naturaleza humana, y la preservación del entorno natural en que vivimos.

Hay un agudo sociólogo mexicano, Sergio Zermeño quien en un libro sobre La desmodernidad mejicana (2) platea la tensión entre estas dos nociones de progreso: la ilustrada y la postmoderna, que sostenemos nosotros. En realidad la idea postmoderna de progreso se enraiza en la idea premoderna de equilibro tan cara al pensamiento greco-romano que se desarrolló en todos los dominios bajo el lema de Solón Mhden agan(meden ágan)= Nada en exceso. Después vulgarizado en el apotegma: Todo en su medida y armoniosamente.
Ya pasaron tres siglos desde el lanzamiento de la idea optimista de progreso por parte de W. Penn, conocido como el Abad Pierre, en su trabajo Proyecto de una paz continua de 1712, en donde trabajaba en un programa de Gobierno Mundial. Luego esta idea fue retomada por filósofos como Kant en su libro Sobre la Paz perpetua de 1794 y más tarde ya a mediados del siglo XX por H. Kelsen en Derecho y paz en las relaciones internacionales de 1942, estos grandes teóricos seguidos de otros muchos más el apoyo irrestricto, a la idea de progreso lineal y continuado, por parte de los grandes grupos de poder como la masonería durante los siglos XVIII y XIX, y los aparatos del de poder del pensamiento liberal del siglo XX al que se le suma el progresismo ínsito en la teoría marxista, todo ello hace que la idea de progreso lineal, continuo y progresivo de la historia del hombre en sociedad, haya tenido vigencia durante los últimos tres siglos. Y fueran necesarias una serie de hecatombes ocurridas durante el siglo XX para que un reconocido teólogo protestante Jüngen Moltmann, exclamara horrorizado: "Los campos de cadáveres de la historia reciente, nos prohiben toda ideología del progreso".
Esta ideología del progreso fue, además, de hecho cuestionada y devaluada por la propia acción cómplice de la izquierda política que justificó los crímenes atroces de gobiernos reaccionarios como los de Stalin, Ceaucescu, Kim Il Sung, Pol Pot y tantos otros. También desde la izquierda a través del sociólogo no conformista Serge Latouche, con su idea de décroissance soutenable ou décroissance conviviale se alienta el abandono de la fe en el progreso indefinido.

El asunto consiste entonces ¿cómo llevar a cabo un progreso siempre necesario para el mayor y mejor confort del ser humano en vista a una mejor y mayor realización de su propia esencia, naturaleza o vocación sin caer en la explotación desmedida de los medios que el mundo le ofrece a la cada vez más desarrollada tecnología del desarrollo para el consumo y la fabricación de productos? Si algo es esta pregunta, es una pregunta filosófica que es demasiado seria e importante en orden al destino del hombre sobre la tierra para dejar que la respondan sólo los políticos, economistas y sociólogos. Los filósofos tendrían que hacer el esfuerzo de intentar responder esta pregunta liminar. Nosotros como simple arkeguetas nos animamos a destacar dos o tres ideas fuerza en torno a ella.
1) El hombre no debe renunciar a la idea de progreso sino que debe entenderla y realizarla como equilibro entre sus necesidades cada vez mayores y más complejas y su medio ambiente cada vez más deteriorado y maltratado. Para ello tiene que romper con el mito ilustrado de que toda reacción es mala. La imbecilización intelectual de lo políticamente correcto sostiene a raja tabla que reaccionario es el partidario de restablecer lo abolido por una acción progresista (ver revista Ñ de Clarín). Esta versión falaz, disminuida y limitada de la idea de reacción es la que ayuda y justifica, más que ninguna otra, al imperialismo y las multinacionales a devastar el mundo (ej. como lo hará la papelera Botnia sobre el río Uruguay) anulando y demonizando toda reacción. El reaccionario no es el troglodita que desea volver a las cavernas sino el hombre "reactivo", aquel que aún tiene sangre en las venas y puede reaccionar ante una injusticia. Y para ello necesita ser fuerte, apoyarse en la idea o virtud de la fortaleza, que se caracteriza más bien por el sustinere= el saber soportar, que en el aggredere= el agredir. En una palabra, la fortaleza de aquel que puede reaccionar consiste en que conserva la capacidad de rechazo, la fuerza para decir no a pesar que su causa está casi perdida.
Según el silenciado pensador colombiano Nicolás Gómez Dávila (1913-1994) en su libro Sucesivos escolios a un texto implícito: "Los reaccionarios le procuran a los bobos el placer de sentirse atrevidos pensadores de vanguardia. No son pensadores excéntricos, sino pensadores insobornables. La objeción del reaccionario no se discute, se desdeña". Al haber logrado eliminar la capacidad reactiva, de reacción demonizando la idea de reaccionario y además limitándola al ámbito político, lo que ha logrado el pensamiento único, aquel que nace de la Ilustración y llega a nuestros días bajo el nombre de progresismo, es transformar a los pensadores e investigadores en eunucos intelectuales, que se entretienen con los textos como pretextos para otros textos, mientras la dura realidad se les escapa a sus observaciones.

2) El hombre no puede renunciar a la idea de progreso pero no puede entenderla como un desarrollo lineal en donde lo último es siempre lo mejor y lo más apropiado para el despliegue de su naturaleza. Éste es el error del progresismo que ha entendido y asumido "la vanguardia como método" pues su gran temor es no aparecer nunca como antiguo, como viejo, como pasado de moda.
Esto lo vio y lo describió con gran agudeza Martín Heidegger en Ser y Tiempo hablando a propósito de los rasgos de la existencia impropia, uno de los cuales es la "avidez de novedades" que tanto caracteriza a la intelligensia.
La idea de progreso, según nuestra opinión, tiene que estar vinculada a la idea de equilibrio de los efectos. Progreso en la medida en que las consecuencias o efectos del mismo se equilibran de tal forma que puedo realizar nuevos progresos sin anular los efectos del primero. Esta es nuestra idea fuerza y le pido al amable lector que llegó hasta acá, que la relea. Esta idea de progreso que volcamos acá está directamente reñida con la idea de desperdicio, uno de los problemas más acuciantes de las sociedades desarrolladas.

(1) Hay que anotar además que el mayor genocidio del siglo XX, el ucraniano de los años 1933 al 35, producido, ordenado y llevado a cabo por la troika hebrea de Moissévitch Kaganovitch; Kalinine y Genrikh Iagoda al servicio de Stalin ocasionó más de 10 millones de muertos, todos ellos cristianos.
(2) Zermeño, Sergio: La desmodernidad mejicana y las alternativas a la violencia y a la exclusión en nuestros días, México, Ed. Océano, 2005
Lunes, 01 de Octubre de 2007 01:10
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SIMULACRO Y RESENTIMIENTO EN LA SOCIEDAD DE CONSUMO


Alberto BUELA
La simulación como mecanismo de dominio, lo hemos afirmado en otros trabajos (1), se aproxima cada vez más a la perfecta imitación; lo aparente ha logrado sustituir a lo real y verdadero.
El presente ya no es promesa porque el futuro nos ha alcanzado. Todo nos indica que el futuro es la profundización del simulacro en todos los niveles. Se ha enseñoreado la mentira en todas partes. Los gobiernos progresistas de todo el mundo levantan como bandera, en una actitud más declamativa que real, la "igualdad de oportunidades", oportunidades que al no abrirse ni brindarse por los méritos sino por acomodo, terminan penalizando a los bien dotados, que abrumados se retiran de la vida pública y política, en un repliegue que aprovechan los mediocres.
La impostura del progresismo al otorgar infinidad de derechos, pero de hecho incumplibles, que se compromete y obliga a respetar, pero que al no poder satisfacer transfiere la responsabilidad al ciudadano perjudicado para su cumplimiento. Así, la culpa es de la víctima que no supo hacer respetar sus derechos. Ellos desde el poder solo administran los conflictos, no los resuelven. Incluso se juzga a los criminales de la Dictadura Militar "como sí" fueran criminales. Y no por ser criminales. Incluso se les agrega el epíteto de "genocidas", con lo cual se bastardea además la idea de genocidio.

Es que para el progresismo la idea de simulacro le es consustancial a su pensamiento. Sin ir más lejos, cuando la futura presidente de los argentinos viajó a Francia y hablo del "genocidio de la dictadura", Sarkozy, principal instrumento del sionismo francés, ni la recibió y el lobby hebreo galo lo tomó como une boutade. Es que la seriedad del tema de genocidio y su carácter extremo y profundísimo es tal que, de hecho, hasta ahora solo ha sido reconocido en el mundo el holocausto judío de la segunda guerra. Ni el genocidio armenio, ni el de Biafra, ni el camboyano (2,3 millones de muertos en tres años) ni el mayor de la historia de la humanidad, el holondonor ucraniano con 10,4 millones) han podido ser declarados genocidios. Es que el progresismo usa y gasta los términos pero no produce ningún efecto a partir de ellos, sea para aplicarlos sea para anularlos. Se agota como Habermas en la comunicación, en el chamuyo diría un reo.

Con todo esto dicho, que son datos contundentes e inconmovibles, nuestro gobierno progresista sigue, viento en popa, acusando de genocidas a diestra y siniestra a cuanto personaje se le cruza por el camino. Hace unos días nomás le tocó al cura von Wernich, quien fue juzgado, no por sus convicciones políticas, ni por su participación en las torturas, ni por sus asesinatos sino que fue juzgado "como sí fuera un criminal" y no por ser criminal. La farsa, el simulacro llegó al límite que le asignaron un juez judío para juzgar a un cura, cuando es sabido, hasta por el más zafio, que eso es un sin sentido. Que existen prejuicios éticos-religiosos por parte del juez que cualquier incipiente abogado puede hallar y así pedir la invalidación del juicio. Se pasaron por el traste la tensión existente entre la Sinagoga y la Iglesia en el seno de la historia de Occidente. La saltean, no es tenida en cuenta, ni siquiera como dato menor. Un verdadero cambalache jurídico, político y teológico. ¿Cuánto puede durar esta condena?. Lo que un flatus (pedo) en una canasta. Pero no importa igual hay que simular. Y lo lamentable que las víctimas reales de la dictadura, lo toman por serio. Creen en semejante fantochada
Esto nos recuerda cuando el 29 de agosto de 1799, fecha en que murió el papa Pío VI prisionero de los franceses, los periódicos obedientes a Napoleón publicaron la noticia bajo el título: "Murió Pío VI y el último". Porque tanto Bonaparte como los jacobinos y la sociedad francesa ilustrada, pensaban que al desaparecer el Antiguo Régimen se cerraba un capítulo de la historia y desaparecía también la Iglesia. Es que el progresismo siempre ha tenido la tendencia a hacer finalizar un período de la historia y comenzar otro con ellos mismos. Así toda la historia reciente de España se resume en Zapatero y sus leyes de reparación histórica para comenzar desde cero. Esto es, para comenzar desde él mismo.
Con Kirchner pasa más o menos lo mismo. Se despiertan todos los demonios ocultos que encierra la sociedad para hacer "como sí" se los juzgara a través de juicios fraudulentos e inmorales, dejándolos luego en una especie de limbo o vida vegetativa, sin eliminarlos, con lo cual, estos demonios tarde o temprano vuelven a sus andadas. Desoyen el sabio consejo de Maquiavelo: "al enemigo no hay que herirlo; hay que matarlo". Ese gran filósofo que es Massimo Cacciari lo ha calado hondo: "los gobiernos progresistas de hoy se manejan con la idea de pax apparens administrando los conflictos pero no resolviéndolos".
¿Cómo terminó la parodia y simulacro del juicio de Napoleón a la Iglesia? Roma acogió y refugió en el palacio Venecia a Leticia, su madre y también a sus hermanos Luciano y Luis. Y además le envió al abad corso Vigco a Santa Elena para que le diera los últimos sacramentos. Es que el simulacro y la farsa, sobre todo en la justicia, no puede desplazar por mucho tiempo a la verdad. Porque la esencia de la justicia es la restitutio y cuando está mal administrada reclama eso: restitutio. Y los regímenes progresistas que piensan en todo momento comenzar la historia, lo que hacen es desarmar la historia para armarla ad hoc, en función de sus aspiraciones políticas. Ellos se manejan con la idea de "la historia que no pasa" de la que habla Ernst Nolte. Lo que explica el por qué de la exaltación actual de la memoria por sobre la historia y, por ende, la manipulación de la historia en función de sus intereses subjetivos y políticos.
Lo grave es que las víctimas de las dictaduras totalitarias y sangrientas cambian sus antiguos padecimientos por dinero, indemnizaciones o pensiones ad vitam. Quedando para toda la vida representando el papel de víctimas en uso del monopolio del sufrimiento, papel que no les deja lugar para el desarrollo de su propio ser íntimo, el de su propia índole. Y así van por el mundo y por la historia perorando acerca de sus padecimientos pero, casi nunca, pudiendo hablar de lo que realmente hacen, y de lo que realmente sufren y gozan en la vida que aún les queda por vivir. Seguramente, lo más cierto es que estos pobres seres, hombres y mujeres, utilizados por el progresismo sólo para justificar sus ambiciones políticas y de poder, me van a acusar en Argentina de defender al, políticamente, indefendible cura von Wernich y en España de defender al régimen franquista. Ante ambas acusaciones sólo me queda un recurso: váyanse bien al carajo. Pues si éste fuera el caso, solamente mostraría que la alienación de estos pobres seres ha sido total y completa. Los han dejado en condiciones de no entender absolutamente nada de nada. Reducidos a ser un "cacho de carne con ojos" cuya motor es el resentimiento, que nació, como dice Nietzsche "en el momento mismo en que no les dejaron hacer aquello que quisieron hacer".
Esta mezcla de progresismo y resentimiento nace en nuestras sociedades contemporáneas a partir de aquello que denominó Gonzalo Fernández de la Mora: la envidia igualitaria. Porque el resentimiento, que es un sentimiento tan sutil que hasta los alemanes han importado el término para designarlo en francés ressentiement, es como su nombre lo indica: un volver a sentir que expresa una emoción negativa, que podemos caracterizar como "rencor", entendido como un enojo retenido. Así pues, vinculados al resentimiento expresado en el rencor aparecen la venganza, la envidia, la maldad, el odio, la ojeriza, la perfidia. Motores emocionales que mueven, como sucedió con el jacobinismo napoleónico, al progresismo político de nuestros días.
No podemos dejar de recomendar sobre el tema del resentimiento el extraordinario, el libro, fuera de lo común, de Max Scheler El resentimiento en la moral (1924) en donde el filósofo desmenuza en sus mínimos detalles este sentimiento tan propio de la modernidad, que conforma esa turbia amalgama entre utilitarismo, negación de lo superior, impotencia vital, filantropía, subjetivización de los valores, socialismo cristiano y "el hecho de que el espíritu judío represente un gran papel como el más antiguo usuario del resentimiento" (p.204).

(1).- "Ensayos de Disenso", Ed. Nueva República, Barcelona 2004 y "Metapolítica y filosofía", Ed. Theoria, Buenos Aires 2005
Lunes, 12 de Noviembre de 2007 00:46

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"No saber leer es peor que fumar"

ENTREVISTA: MERCEDES CABRERA Ministra de Educación y Ciencia
JUAN CRUZ - elpais.com

Trata de evitar una interpretación catastrofista del Informe PISA, que ha sacado a la luz las debilidades de la educación española. Prefiere ver el vaso medio lleno -y mucho más lleno que hace unos años- que medio vacío.
Pregunta. ¿Cuál fue su sensación cuando recibió los datos?
Respuesta. Que recibo un retrato de la sociedad española. Estamos donde hace veinte años nunca pensamos que íbamos a estar: en el grupo de los países más desarrollados de la OCDE.
P. ¿Y esos resultados?
R. Si digo que son buenos se interpretará mal. Pero nos sitúan junto con la media de la OCDE, a centésimas de algunos de los que más respetamos y con los cuales queremos compararnos. ¿Mejorables? Por supuesto.
P. El ranking dice que son malos resultados.
R. Porque queremos ser los primeros, y me parece muy loable. Ojalá que el desafío de ser los primeros en educación fuera el desafío permanente de toda la sociedad española, no sólo cuando sale el informe PISA sino 365 días al año... Y no parece ser una prioridad, mire las estadísticas del CIS.
P. ¿En qué se fijó más?
R. En el problema de la lectura. Hay que verlo con cautela. No es el centro del análisis del informe PISA. Pero en comprensión lectora hay un descenso que hemos de mirar con precaución: es un descenso generalizado. ¿Más preocupante el caso de España? Probablemente.
P. ¿Usted no estará hablando como esos entrenadores que pierden y elogian al equipo?
R. Para nada. Pero sí me parecen injustos comentarios que se hacen sobre el sistema, con poca información, que no contribuyen a mejorarlo.
P. ¿Qué comentarios?
R. Como que estamos en el fondo de un abismo, y no es cierto. También se dice que estamos empeorando. Y no estamos empeorando. Para afirmar eso tendríamos que ver los informes PISA de hace veinte años, y no había. Asumo mi responsabilidad, pero lamento decir que muchas veces la responsabilidad social sobre estas materias se manifiesta de manera muy hipócrita. Nos preocupamos cuando sale el informe y sacamos los datos fuera de contexto.
P. Hemos bajado veinte puntos en comprensión lectora. Eso es muy malo.
R. No voy a quitarle importancia al asunto, que siempre nos preocupó; estamos haciendo esfuerzos, creamos bibliotecas escolares, hemos reforzado en la Ley Orgánica de Educación la obligación de la lectura, estamos haciendo un ejercicio de recuperación de esa lectura que se hacía y que quizá hemos dejado de hacer en las escuelas o en las casas.
P. Lo español se opone a lo finlandés. ¿Qué hacen ellos que no hagamos nosotros?
R. El informe PISA distingue por áreas; nosotros estamos en el área mediterránea, y ahí estamos por delante. Nos comparamos con los países a los que nos parecemos más por muchos motivos. Podemos compararnos con Finlandia. Es un ejemplo. Pero los propios responsables del informe han dicho que PISA no da modelos, y que un modelo trasplantado a otro sitio no funciona. Ahí hay un índice que evalúa el nivel educativo de los padres, el entorno social en el que el joven estudia, el número de libros que hay en las casas... Si aplicamos el filtro que significa ese índice, el sistema educativo español no sólo lo hace bien sino que lo hace muy bien. No hay modelos, hay referencias.
P. ¿Cuáles son?
R. Una es la autonomía de los centros escolares, que necesitan una identidad propia, la capacidad para adaptarse al tipo de alumnos que tienen, y otra es la calidad del profesorado... Y en esas direcciones vamos... Se va a poner en marcha el título de Grado, para maestros de educación infantil y primaria, y habrá un máster universitario para la formación de profesores de educación secundaria.
P. Dice que estamos en la cola en la preocupación por la educación. ¿Qué consecuencias tiene eso?
R. Tiene bastante que ver con la queja del profesorado del poco reconocimiento hacia maestros y profesores. Tenemos un mar de contradicciones sobre la educación; los grandes avances en la educación en este país se han producido en las últimas dos o tres décadas. Hemos tenido un gran colapso educativo que duró mucho tiempo.
P. ¿Ve posible un pacto de Estado sobre estas materias?
R. Si se quiere llamar así... El pacto entre los partidos tendría que consistir fundamentalmente en no utilizar la educación para tirarse los trastos.
P. A lo mejor están poniendo demasiados paños calientes y la sociedad termina diciendo: "Dicen la ministra y el presidente que no es tan grave". ¿Cómo se va a alarmar la sociedad si ustedes no están alarmados?
R. Lo que decimos es que no está empeorando el sistema educativo; no es cierto que estemos en el abismo. Y eso es lo que quiero que quede claro, y queda claro en el informe PISA.
P. Pero estamos en la mitad de la tabla. Como en el chiste, ni frío ni calor.
R. No es que no haga ni frío ni calor, o que estemos cerca del 500. Es que estamos junto con los países de la OCDE.
P. En un número bajito.
R. Y le doy toda la importancia, de cara al futuro, porque está claro que o sabemos leer y entender lo que leemos o desde luego que sí nos vamos a retrasar en relación con otros países. Hemos tenido un sistema educativo que hasta antes de ayer, porque 1991 es antes de ayer, no tenía la escolarización obligatoria a los 16 años.
P. ¿Qué sigue siendo malo?
R. La falta de flexibilidad. Y yo creo que lo peor del sistema educativo es la imagen que tiene, y que no se corresponde con la realidad. Debemos implicar a la sociedad. Siempre hablamos de Finlandia, pero es que en Finlandia hay una sociedad que ha entendido, desde hace mucho tiempo, que esa era la oportunidad de futuro.
P. Muchos titulares han hablado de fracaso y de culpa. ¿A usted le han preocupado más los titulares que los datos?
R. Me preocupan los datos, desde el principio; pero me preocupa mucho más que los titulares no se ajusten a la realidad. El sistema educativo español ha sido capaz de responder a los retos que ha tenido esta sociedad en los últimos 30 años. No ha fracasado el sistema educativo.
P. ¿Si usted fuera sólo profesora ahora analizaría igual los datos?
R. Pues sí, porque una de mis primeras reacciones cuando vi el informe PISA fue recordar algunos mapas que aparecen en libros de historia económica y de historia social sobre el proceso de alfabetización en España. Y recordé que hasta muy tarde tuvimos unas tasas de analfabetismo muy altas. Y que después de un enorme esfuerzo interrumpimos el esfuerzo a principios del siglo XX... Intentemos comparar los índices de fracaso con los que había antes de 1991, cuando la educación no era obligatoria hasta los 16 años.
P. "Los chicos no son capaces de leer tres líneas sin perderse".
R. Terrible sobre todo porque no saben lo que se están perdiendo. Yo creo que aquí tenemos una enorme responsabilidad todos. Todos. Y por supuesto el sistema educativo... Estamos en una sociedad en la que prima la imagen, los jóvenes tienen su propio lenguaje, el chat, el sms. Todo eso es una realidad que tendremos que incorporar a la explicación de qué pasa con la lectura.
P. ¿Y por qué ustedes no hacen una campaña para la lectura tan agresiva como la que la ministra Salgado hizo para que la gente dejara de fumar?
R. Probablemente hace falta una campaña de este tipo. Y lamentaría que la sociedad fuera menos receptiva ante una campaña de este tipo que ante la campaña contra el tabaco, porque quizá para la salud es peor no saber leer que fumar.
P. Por cierto, ¿cómo está usted de lectura?
R. Toda la que puedo. Y ahora mismo sí tengo que reconocer que leo fundamentalmente novelas.
P. ¿Y eso qué significa?
R. Eso significa que antes leía novelas y libros de historia, de ciencia política, de sociología, y ahora leo fundamentalmente novelas.
P. Cuando el presidente Zapatero le ha propuesto que siga, ¿qué le ha dicho?
R. Bueno, no sé por qué se da por hecho que me ha dicho que siga, pero bueno...
P. ¿Y si se lo dijera?
R. Cuando uno asume responsabilidades públicas es consciente de lo que está asumiendo. Y ha de seguir en esas responsabilidades mientras piense que se está cumpliendo con ellas. Y horizontes hay muchos.
P. Ministra, ¿el vaso está medio vacío?
R. ¿El de la educación? Medio lleno. Estaba medio vacío hace nada. Podemos seguir llenándolo.

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domingo, 25 de noviembre de 2007

LOS MEDIOS DE COMUNICACION Y SU DEPENDENCIA DE LOS PODERES POLITICOS Y ECONOMICOS

A. Campoy/Archenews.

A lo largo de los distintos procesos de evolución histórica de los medios de comunicación, y por medio de los trabajos realizados por investigadores como: Goffman, Novak, Newcomb, McQuail, etc. Podemos afirmar que los medios de comunicación siempre han sido influyentes en la sociedad, aunque no siempre de la misma manera, pues en las últimas décadas, con el desarrollo industrial y tecnológico, su influencia es mucho mayor cada día.
Con frecuencia oímos decir que las comunicaciones son el cuarto o el quinto poder, esto lo saben tanto los poderes políticos como los económicos por lo que siempre han tratado de influir en su desarrollo, intentando en muchos momentos dominarlos. De ahí que en muchos países se organizaran los medios de comunicación de forma centralista, como en el caso de Francia y el de España, hasta los años 70. Los poderes políticos no tienen constitucionalmente definida una política, así pues e art. 20 de la CE. consagra que no está prohibido que existan medios independientes del Estado o de cualquier ente público, al ser este un tema en el que caben, dentro de la Constitución, diversas opciones políticas.
Los Gobiernos de UCD y del PSOE, impulsaron varios proyectos de Ley, para adaptar la legislación de los medios de comunicación a los nuevos tiempos democráticos. En la actualidad, el Estado se reserva la titularidad del espacio de radiodifusión, tanto en la radio como en la televisión, regulando sus concesiones, no solo ya a nivel de Estado central, sino también en las autonomías. De igual manera el Estado regula la televisión por cable así como la prensa escrita y como consecuencia de la aparición de internet, garantiza los dominios de las webs.
La revolución tecnológica, prevé una serie de cambios ya que la transmisión por ondas hercianas no será probablemente la más usada de aquí a unos años, pues poco a poco se va imponiendo la televisión por cable y la televisión vía satélite.
Lo interesante de esto es preguntarse hasta qué punto se puede limitar la libertad de expresión, pues el art. 9.2 de la Constitución promueve las condiciones del ejercicio de los derechos fundamentales de la libertad de expresión e información.
Por otra parte el art. 38 de la Constitución reconoce como derecho social la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado. Las empresas periodísticas (tanto la prensa escrita como las agencias informativas), no son diferentes a las otras empresas que actúan en la economía productiva por lo que tendremos que conjugar por una parte la libertad de creación de empresas informativas, con unos instrumentos de libertad de expresión e información. Por ello podemos asegurar que no hay inconveniente en entender que el derecho a difundir las ideas y opiniones comprende en principio de crear los medios materiales a través de los cuales la difusión se hace posible. La actual regulación jurídica de las telecomunicaciones influye notablemente, con las limitaciones del espacio radioeléctrico que está determinada por una tendencia oligopolítica, pues la emisión mediante ondas radioeléctricas que se expanden a través del espacio, entraña la utilización de un bien que ha de ser calificado como de dominio público, con una calificación por nadie contradicha. Al mismo tiempo, la actividad de emisión de ondas para la radiotelevisión se encuentra sometida a unas normas de Derecho Internacional. De manera que es necesario que los Organismos internacionales atribuyan a cada país las frecuencias y que los Estados se obliguen en atención al interés público internacional a respetarlas y a no permitir su utilización sin licencia previa.
Sin embargo en el caso de la televisión por cable no se dan las circunstancias de utilización del espacio radioeléctrico de dominio público, además de que permite la posibilidad de asignar un número de frecuencias prácticamente ilimitado, así como que se trata de una televisión radiada de alcance local que no figura en los planes internacionales.
Los gobiernos de UCD y PSOE, declararon la radio y la televisión como servicios públicos esenciales, encuadrándose dentro del poder de los legisladores. Esto responde a una serie de razones, entre las que se encuentran las de carácter técnico, que no son en ningún caso las únicas que pueden justificar este tipo de configuración del medio. El art. 128.2 de la CE., permite a la Ley reservar al sector público”recursos” o “servicios esenciales”, los cuales no tienen que ser recursos naturales o económicos, entre los que encuadra la radiodifusión, por su importancia en las sociedades de masas, para suministrar información plural a través de determinados soportes técnicos y permitir formar la opinión pública.
En cuanto a la posible diferencia entre las televisiones públicas o privadas, si nos atenemos a su programación, no difieren mucho unas de otras, y sí coinciden en que las autorizaciones están reservadas al Estado, por lo que están también sujetas a la influencia de éste. Esta observación Vale especialmente para los medios audiovisuales, dado que sus programas se difunden a una gran escala, y con el fin de asegurar la libertad de expresión en unas sociedad democrática, habrá que regularlas de otra forma, puesto que el moderno progreso tecnológico obligará a otro tipo de restricciones que ya no podrán ser fundadas en consideraciones como número de frecuencias y canales disponibles.




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domingo, 18 de noviembre de 2007

La integración de nuevos miembros en la UE... ... por el beneficio mutuo

Fuente: La UE

La Unión Europea actual es el resultado de las anteriores ampliaciones. Desde 1957, cuando los seis países fundadores (Bélgica, Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos) crearon la actual UE, se han sucedido exitosamente cinco ampliaciones: en 1973 (Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido), en 1981 (Grecia), en 1986 (España y Portugal), 1995 (Austria, Finlandia y Suecia) y en 2004 ( Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y la República Checa). El acceso de Rumanía y Bulgaria el 1 de enero de 2007 completó la quinta ampliación de la UE que se inició en mayo de 2004 y que marcó un hito histórico: la reunificación de la Europa del oeste y el este. Bulgaria y Rumania enriquecerán la Unión sin comprometer el funcionamiento correcto de las políticas e instituciones de la UE. Se han previsto las medidas necesarias con el fin de garantizar que las reformas continuarán en ambos países para permitirles adoptar los derechos y obligaciones como miembros de la UE.
Las anteriores ampliaciones han resultado ser un gran éxito. Han confirmado que una política gradual y gestionada cuidadosamente fomenta una situación en la que todas las partes salen ganando, es decir, tanto los antiguos estados miembros como los nuevos. La integración de nuevos miembros en la UE amplía y fortalece el espacio de paz, estabilidad y democracia en nuestro continente; además, estimula el crecimiento económico y refuerza tanto la función como la influencia de la Unión Europea en el mundo. La UE debe conservar su capacidad de extender y promover los valores europeos, sin dejar de funcionar correctamente y acogiendo gradualmente a nuevos estados miembros.
La ampliación constituye un factor esencial para que la UE disfrute de su condición de potencia civil. Las próximas ampliaciones atañerán a países del sureste de Europa.
En otoño de 2005, la Unión Europea abrió las negociaciones de adhesión con Turquía y Croacia; además, reconoció a la Antigua República Yugoslava de Macedonia como país candidato.
La UE ha reiterado en numerosas ocasiones su apoyo inequívoco a la entrada de los países de los Balcanes Occidentales en la Unión, siempre y cuando cumplan los criterios de adhesión: Albania, Bosnia y Herzegovina, Montenegro y Serbia, incluido Kosovo (tal como se define en la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU).
La Unión Europea ha establecido con todos los países de los Balcanes Occidentales un proceso que pretende aproximarles progresivamente a la UE. Este proceso ha permitido a estos países disfrutar de un libre acceso al mercado único para la práctica totalidad de sus exportaciones y de apoyo financiero comunitario para respaldar sus esfuerzos de reforma. El eje central del proceso es la conclusión del Acuerdo de Estabilización y Asociación, que representa una relación contractual entre la UE y cada uno de los países de los Balcanes Occidentales y conlleva unos derechos y obligaciones mutuos.
Las negociaciones de adhesión con Turquía contribuirán significativamente a que Turquía sea más europea y a que tanto el estado de derecho como el respeto de los derechos humanos sean una realidad cotidiana en ese país. La UE hace hincapié en la idea de condicionalidad, que impulsará las reformas y la modernización de Turquía.

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ENTREVISTA A: DAVID MORILLAS FERNÁNDEZ


DOCTOR EN DERECHO PENAL Y PROFESOR DE CRIMINOLOGIA

Series televisivas como CSI, son pura ficción

A pesar de su juventud, pues aún no ha cumplido los 30 años, es un incansable investigador en temas tan novedosos como la victimología. Actualmente imparte clases de Derecho Penal, Victimología y Criminología, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia.
De entre sus publicaciones se pueden destacar: “Estudios jurídicos y criminológicos sobre la violencia doméstica.”; “Pornografía infantil”; “Delincuencia organizada”; “Delincuencia juvenil” y “Conducción bajo la influencia de drogas”.

¿Qué piensa de la Criminología en la actualidad?

En mi opinión creo que se trata de una ciencia que aún siendo antigua, se encuentra en un proceso de consolidación.

¿Cómo ve el futuro de los estudios de Criminología tras la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior?

Ese va a ser un momento histórico para la Criminología. El reconocimiento de la Criminología como título de grado, lleva implícito que el Gobierno admite la existencia de una demanda social, y la necesidad de formar a profesionales en este campo del saber.

Actualmente, ¿Cuál es el problema de mayor impacto social dentro del campo de la Victimología?

La violencia doméstica sin ninguna duda, la prueba está en la gran cobertura de medios y recursos empleados en la protección de la mujer. Sin olvidad otras víctimas, como son los niños y los ancianos, que merecen una protección similar.

¿Qué perspectivas de futuro profesional ve para los estudiantes de Criminología?

Unas perspectivas laborales muy interesantes, pues como antes he comentado, el reconocimiento como “Grado” implica la creación de un amplio abanico de nuevas profesiones y entre ellas la figuras del “Criminólogo”, que desempeñará un papel esencial en la sociedad.

¿Cree Vd. que las series televisivas como CSI, han despertado el interés por la Criminología en la sociedad? .

Desgraciadamente si.
Me explico: algunas personas vienen con ideas totalmente erróneas respecto a la realidad. Por ejemplo: un crimen puede tardar en resolverse años y no días u horas como sucede en esa serie que tiene mucha ficción y fantasía.

¿Qué le despierta a Vd. Tanto interés por la investigación en Criminología?.

Conocer la realidad criminal de nuestro país, para tratar de prevenir en lo posible, futuros comportamientos criminales. O cuando menos, contribuir con los legisladores y con la Justicia a conocer nuestra realidad social.

¿Durante el tiempo que ha dedicado a la investigación. ¿Tiene alguna anécdota curiosa que sea importante reasaltar?

Si, en una ocasión me preguntó un alumno, si yo formaba parte del CSI y si conocía a Grissom.

La Universidad de Murcia es pionera en la implantación de los estudios de Criminología. ¿Cree que estos estudios están ya plenamente consolidados?

Consolidados sí, pero como todo, es mejorable. Desde los profesores a los alumnos hemos de contribuir a alcanzar una calidad de enseñanza que haga de la Universidad de Murcia un referente a nivel nacional e internacional.

¿En qué proyectos está trabajando en la actualidad?

Estoy realizando varias investigaciones, pero las que más me ilusionan son unos estudios empíricos sobre el cumplimiento de las órdenes de alejamiento de los maltratadores y la influencia del alcohol y las drogas en la conducción de vehículos.

¿Conoce la Sociedad Murciana de Estudios Criminológicos?

Sí, de hecho fueron alumnos míos y he vivido cerca de ellos el proceso de la creación de su sociedad. Actualmente están haciendo un estudio sobre la victimización entre la población universitaria de Murcia y los veo muy ilusionados.

¿Tiene alguna cuestión más que aportar?

Como novedad en este curso y gracias a la colaboración del Colegio de Abogados, de la Prisión de Murcia y de la Facultad de Derecho, hemos implantado por primera vez los estudios oficiales de post grado, en especialidades como la de Derecho Penitenciario.



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El hombre condenado por el asesinato de Jill Dando volverá a ser juzgado

REUTERS
LONDRES.- Para los británicos, que sufrieron una conmoción tras el asesinato de la presentadora de la BBC Jill Dando, el 'culpable' estaba encerrado y el caso resuelto, cuando en realidad no era así... La apelación de Barry George, que sufre la cárcel desde 2001, ha surtido efecto y las evidencias que antes lo condenaban han perdido toda su fuerza.
Barry George, hasta ahora responsable del asesinato de la presentadora de televisión británica Jill Dando, será juzgado de nuevo tras salir victorioso en su apelación.
Tres de los jueces más importantes del país han pedido que su condena sea suprimida. Así, dan luz verde al recurso de George, en el que se alegaba que la microscópica partícula de restos de armas de fuego que encontraron en su abrigo no era una evidencia segura.
Lord Phillips, que ostenta el cargo de 'Lord Chief Justice' -la segunda máxima autoridad de los tribunales del Reino Unido-, se ha pronunciado al respecto: es tan probable que esos restos procedan de un arma disparada por Barry George como de cualquier otra persona.
Phillips ha revelado que el Tribunal de Apelación había conluido que, si esto se hubiera comunicado al jurado durate el proceso, no hay ninguna certeza de que hubieran encontrado a George culpable. "Por esta razón su condena debería ser suprimida", ha aseverado.
George, de 47 años, vestía para la ocasión un traje oscuro y una camisa abierta a la altura del cuello cuando ha escuchado al juez. A pesar del viraje que da su caso ha permanecido impasible en el banquillo de los acusados.
Una vez finalizada la sesión, ha sonreído y ha hecho un breve comentario a uno de los guardias de seguridad que lo acompañaban. Por su parte, el abogado de Barry George ha dicho en las inmediaciones del juzgado que su cliente estaba muy satisfecho por la decisión.
El nuevo juicio no tiene aún fecha y George permanecerá en prisión hasta entonces. De hecho, ni siquiera ha solicitado la libertad bajo fianza.
La hermana de George, Michelle Diskin, ve en el fallo judicial un paso importante para el nuevo camino que se abre ante George. "En relidad no nos podemos sentir victoriosos, porque no tenemos a Barry. No tiene su libertad aún y esto ya ha sido una absoluta pesadilla", ha explicado a los medios que se congregaban a la salida del juzgado.
"Todavía imploro a quien tenga información del verdadero asesino, porque Barry sigue encerrado y el asesino anda suelto".
La otra cara del proceso la protagoniza Alan Farthing, que estaba prometido con Jill Dando y ha asegurado sentirse decepcionado por la decisión.
La condena de George, que comenzó en julio de 2001, parecía atrapar al asesino de la presentadora, que, a los 37 años, fue asesinada fuera de su casa en Londres. Ocurría en 1999 y supuso una de las investigaciones policiales más importantes que han tenido lugar en el Reino Unido. Ahora las incógnitas se reabren.

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La campaña de Fox en elmundo.es, elegida 'acción interactiva más innovadora'


RAQUEL QUÍLEZ/El Mundo
MADRID.- El primer festival de publicidad en internet ya tiene ganadores. La campaña 'Mes de la animación' de Fox ha sido elegida como la "acción de comunicación interactiva más innovadora". Esta propuesta incluía la creación de una portada falsa de elmundo.es en la que los protagonistas estaban inspirados en 'Los Simpson'. Se lanzó durante los meses de enero y febrero de 2006.
El objetivo de la campaña era que los dibujos de Fox saltasen a la vida real por unos días. La propuesta de elmundo.es ya también fue premiada en el tercer festival del Club de Creativos.
Cerca de 200 piezas, nacionales e internacionales, aspiraban a inaugurar estos premios, convocados por IAB Spain como reclamo de la fuerza e independecia del sector. Éstas son las campañas que lo han conseguido:
Campaña creativa más eficaz en internet.
Nacional: 'Impossible is Nothing', de la agencia Netthink para Adidas.
Internacional: 'The Heidies', de Farfar para Diesel.
Acción de comunicación interactiva más innovadora en internet.
Nacional: 'Mes de la animación', de la agencia Delvico para Fox.
Internacional: 'Dream Kitchens for everyone', de Forsman & Bodenfords para Ikea.
Mención especial en la categoría internacional: 'Day Dream', de Quibibi Japón para Weave Tochi.
Acción de comunicación interactiva más innovadora más allá de internet. Este apartado estaba dedicado a acciones realizadas en otros medios -móvil, televisión, radio, prensa, revistas, exterior, calle, pantallas táctiles, pda o videojuegos- que buscasen una forma de comunicación con la que el consumidor no esté familiarizado.
Nacional: 'Escucha la llamada', de las agencias Double You y Sra. Rusmore para Cacique.
Internacional:'Nike Plus', de RGA para Nike.
Mención especial en la categoría internacional: 'Verb Yellowball', de ARC WorldWide para Center for Disease Control.
Proyecto interactivo emergente en internet. Se valoraba la puesta en marcha de un proyecto y/o empresa en internet, cuya actividad se considere una apuesta de futuro, por su modelo de negocio, por su propia actividad, por las vías de comunicación utilizadas y por la originalidad.
Nacional: Yo Periodista.
Internacional: Facebook
Mejor campaña en el mix de medios. Se buscaban campañas realizadas en medios online, offline y/o ambos, que hayan optimizado mejor la combinación.
Nacional: 'Depósito Lopetegui', de Shackleton para Banco Gallego.
Internacional: TAP Water, de droga5 para UNICEF.
Mejor anunciante español (elegido por la prensa del sector): Coca Cola.
Los premios ponen punto y final al Inspirational Station, primer certamen dedicado a la publicidad en internet, que se ha celebrado en Madrid durante el 14 y 15 de noviembre. Durante dos días, el cine Imax se ha convertido en una improvisada estación de autobuses desde la que han partido vehículos con algunos de los mejores profesionales del sector interactivo.

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sábado, 13 de octubre de 2007

PRINCIPALES TEORIAS SOCIOLÓGICAS

La Sociología como ciencia apareció a mediados del siglo XIX, con el objeto de estudio de las relaciones sociales que se establecen entre los hombres.
Los conflictos sociales que se produjeron a raíz de la revolución industrial, originaron una serie de reflexiones sobre los comportamiento humanos, que ni la política ni la economía podían resolver. De esta manera aparecen varias corrientes de pensamiento, encaminadas a dar solución desde el punto de vista de la Sociología como ciencia.
A) La primera corriente es la encabezada por el pensamiento de Augusto Comte,(1798-1857), que en 1839 acuñó el término”Sociología” dando lugar a la aparición de la Sociología como ciencia independiente. No obstante no fue reconocida como tal hasta finales de ese siglo.
Para Comte, la conducta de los seres humanos no responde solamente a sus propias decisiones individuales, sino que esta plenamente influenciada por otras variables como la historia, la cultura, las expectativas sociales de la sociedad en que se vive dando lugar a una interacción social que funciona con una leyes que la Sociología trata de descubrir. A esta corriente se la llamó “El Positivismo”, y también “Funcionalismo” (como una física social, que se puede estudiar con los métodos de las ciencias naturales),que pretende "atenerse a los hechos" y toma a la ciencia experimental como modelo de toda racionalidad.
La filosofía de Augusto comte posee una clara intención de reforma social en el contexto de las consecuencias de la Revolución Francesa. También se puede considerar idealista y conservadora. Comte identifica a la sociedad como una serie de órganos con distintas funciones de los que depende la pervivencia de la sociedad.
Posteriormente el filósofo británico Herbert Spencer, adoptó el término empleado por Comte y continuó con las investigaciones iniciadas por éste. También otros pensadores como Talcott Parson y Robert Merton
El positivismo consiste en que cada una de nuestras concepciones y conocimientos pasa por tres estados: el estado teológico o ficticio; el estado metafísico o abtracto; el estado científico o positivo.
B) Otra corriente sociológica importante es la de los seguidores del pensamiento de Karl Marx (1818.1883), que ha tenido una profunda influencia en el pensamiento social y la crítica del siglo XIX.
La filosofía de Marx, se encuentra influenciada por el filósofo aleman Hegel, y ha sido denominada “Marxismo”, fundamentado en el materialismo histórico, que consiste en identificar el modelo de producción y cómo este condiciona a la sociedad. Marx identifica tres modelos de producción: el agrario, el capitalista y el socialista, siendo el último el más útil para la sociedad, puesto que reparte mejor las plusvalías del trabajo.
Dentro de la línea marxista se sitúa la Escuela de FranKfurt con pensadores como: Walter Benjamín que considera que el avance de las tecnologías no contribuye a la democratización sino a la banalización. Theodor Adorno que analiza como la lógica del mercado ha pervertido los valores y las relaciones humanas. Max Horkheimer, que utiliza el concepto de la instrumentalidad como forma esencial de reorganizar las relaciones sociales dentro del modelo capitalista. Para él el valor de las personas, es el de sus acciones y el de sus conductas.
Según el marxismo, la intervención política, puede modificar las consecuencias negativas de la aplicación de la lógica capitalista al las relaciones humanas. El marxismo por tanto se identifíca como una filosofía crítica o de cambio.
C) El estructuralismo de Emile Durkeim. Siguiendo con las ideas de Comte, Durkeim publica cuatro obras fundamentales: “Las reglas del método sociológico”; “La división social del trabajo”; “El suicidio” y “Las formas elementales de la vida religiosa”.
La propuesta de Durkeim, consiste en determinar cuáles son los elementos que constituyen una relación social y cuáles son las reglas que gobiernan estos elementos. Considera que la lengua es uno de los elementos más importantes por lo que estudia al lingüista Saussure, llegando a la conclusión que al estudiar la estructura superficial de la lengua, se llega a las estructuras más profundas de ésta.
Claude Lévi-Strauss, será posteriormente otro seguidor del estudio de la lengua y su aportación a las relaciones sociales.
C) Max Weber (1864-1920): La sociología de la burocracia .
Weber se centra en el estudio de las ideas y de los mecanismos que mueven la sociedad, también George Herbert Mead, entiende a las relaciones sociales como un intercambio de símbolos y reconoce para la sociología el estudio y la identificación de estos símbolos.

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domingo, 7 de octubre de 2007

El registro civil

Aquí se puede realizar el perfil biográfico de las personas. Según la ley del registro civil, el periodista puede acceder libremente excepto a cinco tipos de documentos, para los que se necesita una autorización judicial, autorización que se concede si se demuestra un interés ilegítimo:
1. documentos sobre filiación ilegítima, desconocida o de circunstancias que descubran tal carácter. Así como los documentos que descubran el cambio del apellido de expósito u otros análogos.
2. documentos sobre adopción cuando el adoptado lleva el apellido del adoptante.
3. sobre las causas de nulidad o separación matrimonial, sobre la privacidad o supresión de la patria potestad.
4. documentos archivados referentes a circunstancias deshonrosas o que estén incorporados a expedientes que tengan carácter de reservarlo.
5. a los documentos sobre abortos.
En estos casos, los trámites de los periodistas para acceder a este tipo de documentos es pedir al juez de 1º instancia, presentando pruebas y argumentaciones que justifiquen su petición. Estas trabas, junto con la complejidad del proceso de investigar en sí.

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Secreto profesional

Es un derecho de todos los periodistas a no revelar las fuentes, así como a mantener en secreto las cintas o material utilizado en la investigación. El periodista se puede acoger al mantenimiento del secreto sobre otros aspectos colaterales referentes a como ha obtenido la información que revela y que podrían averiguar la fuente. Existe un vacío legal ya que todavía no se ha dictado ninguna LO que regule este derecho. Se considera que la futura ley que se hiciera sobre esto debería garantizar la privacidad de las informaciones del periodista. Este derecho que tiene todo el mundo tiene un fallo: las informaciones pueden ser interceptadas por ley. También debería regular los registros judiciales en las sedes de los periódicos o en los domicilios particulares de los periodistas. La ley también debería determinar si el secreto profesional exime o no a los periodistas de la obligación que tiene toda persona a denunciar algún delito, ya que la no denuncia también es delito.

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Leyes de Secretos Oficiales

En nuestro país, hay determinados asuntos que pueden ser calificados como “materias clasificadas”, en cuyo caso, queda protegido su secreto y solo puede tener acceso a ellos personas facultadas, así como el Congreso y el Senado.
España es uno de los países más restrictivos en cuanto a la clasificación de secretos oficiales, ya que sigue en vigor la ley de 1978, que solo autoriza al Gobierno y a la Junta del Estado Mayor a declarar como materias clasificadas “los asuntos, actos, documentos, informaciones, datos y objetos cuyo conocimiento por personas no autorizadas pueda dañar o poner en riesgo la seguridad y defensa del Estado”. Esta ley especifica que el gobierno puede negarse a desclasificar documentos, aunque sea a petición del TS.
El jurista Cesar Molinero considera que la Ley de Secretos Oficiales al ser anterior a la Constitución, y por tanto, contraria a la misma desde el momento que contiene restricciones a la libertad de información no es competencia de la administración pública determinar cuales son los temas de interés público. Si un medio publica algo relativo a un secreto oficial procedente, bien de referencias orales de terceras personas o que haya accedido físicamente al documento, cae la responsabilidad sobre la persona. En el caso de que haya una entrega física de los documentos, la responsabilidad será de ambos. En Francia estos asuntos de los secretos oficiales los trata una comisión formada por estamentos independientes, lo que hace pensar que son más imparciales.

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sábado, 23 de junio de 2007

Comentario al libro El Poder y la Gloria

Realizado por: Andrés Campoy Alcolea.
En Méjico, durante la década de 1924-1934, el Estado Mejicano, experimentó uno de los enfrentamientos más fuertes con la Iglesia Católica. Estos enfrentamientos iban aparejados de otro tipo de luchas entre los campesinos y los hacendados. Los años de esta década, fueron muy duros por el antagonismo de las dos instituciones más poderosas de la nación mejicana. El presidente Plutarco durante los años que duró su presidencia y posteriormente como presidente del Partido Revolucionario PRI., mostró su lado más duro e intransigente, contra la Iglesia, que a su vez lo contrarrestó con enorme dureza más dialéctica que violenta. Todo esto condujo a que las dos instituciones perdiesen toda su credibilidad dentro del país y a que se perdieran muchas vidas, creándose una situación, próxima a una guerra civil.
Estos enfrentamientos, no se produjeron de forma casual, puesto que desde la Independencia de Méjico, y en concreto Juárez, apuntaba que para poder modernizarse Méjico, era necesario que se adoptase el modelo político liberal y la economía de mercado capitalista. El modo de producción imperante en México se sustentaba en grandes propiedades agrícolas, de modo que casi se podía calificar de feudal. Pues bien, una de las instituciones con más posesiones de tierras era precisamente la Iglesia católica ( recuérdese que en España también se produjo algo parecido con la desamortización de Mendizábal pero sin esos tan violentos enfrentamientos) . Se entiende así que el Gobierno mexicano, a través de la Ley Lerdo intentara, tímidamente es verdad, distribuir las propiedades de la Iglesia entre una población empobrecida, con el espíritu de dar un impulso capitalista al país.

Desde sus primeros momentos la Revolución mexicana, iniciada en 1.910 por Francisco Madero, fue decididamente anticlerical; como confirmación tenemos el dato de que uno de sus grupos doctrinales inspiradores, “Regeneración”, era de tendencia sindicalista e incluso anarquista, y se apoyaba intelectualmente en no pequeña medida en Bakunin. Está bien constatado que dos maestros de escuela en el pueblo morelense de (un ya adulto) Zapata le marcaron intelectualmente; uno de ellos le animó a leer el periódico de este grupo, y el otro le informó a través de sus conferencias y conversaciones privadas del ideario de Alexander Kropotkin.
La Constitución de 1.857, durante la vicepresidencia de Juárez, era liberal y deseosa de terminar con los privilegios del clero y el estamento militar, y a ella se remitían los revolucionarios constitucionalistas como inspiración. Juárez peleó más que nadie, siendo ya presidente del país, por la separación entre Iglesia y Estado, ya que ahí estaba el germen de la auténtica igualdad social. Tal posicionamiento político no indica, que Juárez se encontrara cercano a idearios socialistas o comunistas. Si miramos al gran Vecino del Norte, encontramos que Lincoln, estricto contemporáneo de Juárez, también era rotundo en la necesidad de mantener Estado e Iglesia bien separados.
La Constitución de 1.917, en Méjico, redactada por los victoriosos revolucionarios, era bastante radical, garantizando la distribución de la propiedad de las tierras. Asimismo incluía, un buen número de artículos dirigidos a mermar la posición ventajosa de la Iglesia; la tradición juarista había quedado plasmada, por supuesto. Sin embargo, en una muestra de realismo político, o sencillamente de sentido común, tales disposiciones fueron activadas sólo débilmente; y prácticamente en absoluto en aquello estados, en que se conocía muy bien la hondura de las raíces católicas en la población.
A este México convulsionado tanto o más que la Unión Soviética, que parecía encontrarse con toda la sociedad revuelta incapaz de ganar su posición de equilibrio, llegó Graham Greene.
Podríamos preguntarnos: ¿Quién era en 1.938 Graham Greene? y ¿Para qué llegó a Mejico?. En primer lugar un inglés, con sangre escocesa en sus venas para hacerle aún más británico, puesto que su madre era prima de R. L. Stevenson, el que escribió “La Isla del Tesoro”; en segundo lugar era un hombre de letras. Greene nunca tuvo dudas sobre cuál era su vocación, pues comenzó a escribir ya en la adolescencia y a los veinticinco años había completado cuatro novelas, la última de las cuales fue un más que moderado éxito de público y crítica. Su padre era profesor del Colegio Berkhamsted, y él mismo nació en una casa situada en sus dependencias. Según ese inmenso (y hermoso) depósito de saber que es Encylopaedia Britanica se trata de una institución fundada nada menos que en 1.541: desde el inicio Greene encuentra una tradición, inglesa hasta las más hondas raíces. Berkhamsted, situada a 45 km. al noroeste de Londres, tiene un castillo con foso y puede presumir de una iglesia del siglo XIII. Aunque cuando nació (1.904) la Reina Victoria ya no estaba con su amado pueblo desde hacía tres años, la sociedad que se adjetiva con su nombre no se había extinguido de ninguna manera, y menos aún en un hogar de enseñantes.
Nos podríamos preguntar por si su único motivo fue el encargo que le hizo la editorial Longman de escribir sobre la persecución religiosa en aquel país, pero conociéndole probablemente existieran otros motivos, de carácter personal.
El comienzo de la novela, se sitúa en un pequeño pueblo mexicano, más bien una aldea, a pesar de contar con un pequeño puerto fluvial; allí vive Mr. Tench., un dentista inglés, que se instaló hace casi veinte años esperando hacer fortuna. Es evidentemente un desarraigado, un hombre errante que ha quedado atrapado en ese ritmo lento de vida que domina en México, y con unos ahorros en una moneda que cada vez se devalúa más y que él observa cómo pierde dinero cada día.
En esta situación toman el alcohol a escondidas, pues en esos años, en ese estado mexicano impera la ley seca. Continua la novela que acude a visitar a Mr. Tench, un niño que reclama su ayuda para su madre moribunda; Tench no es médico, a pesar de tener cierto aire de serlo. A pesar de todo, ante la estólida persistencia del niño, decide acompañarle en mula hasta la casa de la enferma.
Greene ya nos ha explicado, un tanto indirectamente, que la Iglesia del pueblo ha sido saqueada, y que el forastero Un extraño personaje, es un fugitivo, y más que probablemente un sacerdote. El arranque de la novela tiene pues un cierto matiz a género policiaco, en el que el autor inglés se desenvolvía con facilidad; junto a sus esfuerzos más serios, escribía los que llamaba “entretenimientos”, dirigidos a un público más amplio en un país con mucha tradición de novela de intriga. Los motivos eran, en parte, alimenticios; e insistimos que sólo en parte, pues Greene utilizará la técnica de este tipo de relatos, para dotar de consistencia narrativa a sus textos; en sus manos, en su pluma, esta estructura de policías, ladrones y espías albergará unos contenidos mucho más densos; en ocasiones incluso teológicos.
En el siguiente capítulo hallamos al otro personaje principal de la obra; es un teniente de policía, defensor acérrimo de la ideología de la Revolución mexicana. Es un hombre de vida casi monástica, y moralidad sexual intachable, algo de lo que no puede jactarse el cura al que acaba de conocer Mr. Tench.
Este servidor de la ley está poseído por un sentido de “misión”, no muy diversa de la de los sacerdotes católicos en lejanas tierras de paganos; pero el suyo es un cometido de finalidad opuesta: hay que terminar definitivamente con la explotación por parte de los propietarios de… casi todo en México. Y defendiendo al propiedad privada, incluso acumulando un gran trozo de ella en su país esta la Iglesia romana; el teniente siente no sólo animadversión ideológica hacia esta institución, sino aquilatado odio. Son los curas quienes fomentan la resignación de los pobres, quienes ofuscan sus conciencias con misterios ultramundanos de modo que no ven la nueva sociedad equitativa que les ofrecen los nuevos tiempos.
Son pues estas las situaciones antagonistas, que se enfrentarán por determinar la estructura social de este país todavía bajo las consecuencias inmediatas de la Revolución. A continuación el narrador nos presenta a una humilde familia (los padres, un hijo de catorce años y sus dos hermanas más pequeñas), que vive junto a la Academia Comercial en la capital del estado; ella nos proporciona el único apelativo que tendrá el protagonista: el cura del whiskey.
Este cura cuenta entre sus hazañas, la de haber bautizado a un niño con el nombre de Brigitta. De manera que podemos conjeturar hasta que extremo abusaba del alcohol ese servidor de Dios; por ende, para multiplicar el escándalo, hay una explicación para ese nombre: es el de la hija que el cura tuvo con una de las mujeres de su diócesis.
También junto a este personaje está el padre José, quien tampoco es ejemplar; al exigir las leyes del estado (Garrido Canabal, nunca mencionado por su nombre, en la sombra) que los curas se casaran o cargarán con las consecuencias, este individuo esencialmente débil cedió en toda la línea de flotación. En esos momentos es un hombre de 62 años, impotente, casado con una vieja arpía que lo empequeñece, siendo el blanco favorito de las burlas de todo el patio de vecinos; el propio padre José percibe mejor que nadie cuán patético resulta.
En esta tesitura, el cabeza de esa sencilla familia capitolina le dice a su esposa: eso es todo lo que hay en la Iglesia mexicana; sólo puedes elegir entre un cura borrachín, o un cura casado.
Aquí el autor da la impresión de que ha olvidado sus principios morales religiosos. Es saludable la autocrítica, pero ¿es preciso llegar a tales posiciones, fronterizas ya con el otro bando ideológico? Es muy visible también la honestidad del teniente, su falta de ambiciones políticas, su austeridad, su carencia de instintos arribistas; su objetivo es la justicia social, que hará mejor la existencia de familias como la presentada brevemente, la cual hasta ahora no tiene más elección de futuro que una Iglesia con réprobos y borrachos.
Nuestro novelista no quiere marcar las cartas, y nos transmite la información que recopiló en la tierra de los caminos sin ley: hubo pusilánimes y hubo desvergonzados. Pero también existe otro perfil de esa época, y la novela nos lo desvelará, incluso sin cambiar de protagonistas.
Los desafortunados sucesos de 1.836 en Méjico, tuvieron su continuación, por casi los mismos motivos, exactamente diez años después. Por nuestra parte poseemos la profunda convicción de que si los norteamericanos hubieran intentado algo parejo en los días de Emiliano Zapata y Pancho Villa, los ríos de sangre vertida y coagulada habrían sido suficientes para llenar el canal de Panamá
Sabemos que “El Agente Confidencial” y “El Poder y la Gloria” se terminaron en el mismo año; no sólo eso, nuestro autor (presionado por el tiempo y el dinero) escribía por las mañanas la primera y corregía por la tarde la segunda. ¿Cómo justificar el olvido de los pobres por parte de la iglesia mexicana, y muchas otras traiciones? El tipo de traición de Philby, al propio país, no es el único posible; quizás ni siquiera el peor; lo expresa así Greene en su prólogo a “Mi Guerra Silenciosa”, y también, más de veinte años antes, en las andanzas y desventuras del cura del whiskey, a quien ya es momento de volver a visitar.
Cuando el protagonista perdió el barco para Veracruz comenzó otra vez su vagabundeo (su Calvario) por las aldeas del estado, buscando (cada vez con más dificultades) algo de comida, albergue y auxilio. En cierta ocasión pernocta en el establo de una familia inglesa, los Fellows, gracias a la intrepidez de su hija Coral. Ésta, a pesar de tener sólo trece años, es ya una confirmada atea, por lo cual le sugiere al cura que “renuncie” y así salve el pellejo. Éste contesta que tal cosa es imposible; el sacerdocio es como una marca de nacimiento, un estigma imborrable, no importa cuantos actos de apostasía intentemos realiza.
Esta es la primera mención por parte del narrador del carácter extra-humano, trascendental, de la institución de los presbíteros; habrá otras alusiones al tema en el resto de la obra, y en otras varias novelas y piezas de teatro de Greene. Es una de sus grandes preocupaciones.
Mientras tanto vemos a su némesis, el teniente de policía, hablando con el “jefe” , en un día de domingo en que no se oye una sola campana. Poco después de pasar por el recientemente construido edificio del Sindicato de Trabajadores y Campesinos, índice de los nuevos y revolucionarios tiempos, el teniente resume su objetivo político y personal: “Un día olvidarán que hubo alguna vez una Iglesia aquí”.
El narrador no define ideológicamente de manera concreta a este hombre: comunista, socialista, anarquista, sindicalista; es solamente un revolucionario. También él ha hecho una opción, exclusiva y definitiva, por los pobres; y no está dispuesto a ceder un milímetro en ese curso de navegación. Por todo ello confía ilimitadamente en el futuro social de México, y está dispuesto a perseguir tal fin con todos los medios; se percibe una clara disposición maquiavélica en él. La mejora de su país exige la eliminación de tres estamentos del “antiguo régimen” responsables de casi toda la injusta desigualdad: la Iglesia, los gringos, la clase política.
Si para atrapar al cura fugitivo es preciso pasar por las armas a granjeros de las aldeas que lo han cobijado y no lo han delatado… se hará. El fin justifica los medios. Si Norman Sherry ve mucho del propio Greene en el protagonista de esta novela, nosotros podremos ver algo de Philby en el teniente; ambos están preparados para emplear medidas cuestionables y de excepción (el fusilamiento, el espionaje) para llegar a la Meta, porque ésta bien vale el sacrificio de unos cuantos individuos.
Cansado, agotado, y cada vez más vacío de energía física y espiritual, el sacerdote decide regresar a la aldea que fue su diócesis, donde se encuentran su hija Brigitta, y la madre de ésta. Vuelve, en algún sentido, a un lugar de vergüenza para él; el narrador nos confía abiertamente que éste cura no tuvo nunca verdadera vocación de servicio a los humildes. Era un joven orgulloso, con el deseo de prosperar y llegar a una holgura económica; quería alcanzar ese status del hombre a quien hay que respetar, ante cuyo paso los campesinos se quitan ceremoniosamente el sombrero.
En cuestión de altruismo-egoismo y moralidad, el policía gana por goleada al cura; ya vimos que aquél era de dedicación ascética a su trabajo revolucionario, sin aprovecharse de las mujeres, sin “mordidas”, sin maquinaciones de “trepa” político. El cura ha fracasado en muchos respectos en su “misión” con los aldeanos.
El cura, después de seis años, celebra la misa nuevamente otra vez en la aldea, su sermón tiene colores fuertes de resignación cristiana, y de alabanza de los pacíficos corderos: “El cielo es donde no hay jefe, ni leyes injustas, ni soldados, ni hambre”. Si el policía hubiera atendido ese oficio religioso, habría gritado: aquí tienen Vds. un ejemplo preclaro de lo que es el opio del pueblo; los curas proporcionando adormidera a las ya de por sí algo inertes conciencias de los campesinos mexicanos; no se rebelen, no reclamen una justa distribución de las tierras, no exijan la apropiación de aquellos mercancías que han producido.
En un esforzado y penoso encuentro con Brigitta el cura intenta transmitirle cuanto la ama y se preocupa por ella. El padre intenta comunicar a su hija cuanto la ama, y cuan importante es; asegura que por ella daría la vida, o mejor el alma. Éste será el eje central de la más atrevida y arriesgada de las obras teatrales de nuestro autor: “El invernadero”. Y ahora reproduzcamos las propias palabras del narrador, puesto que no en vano es un experto en el lenguaje y la traslación de emociones:
“Ésa era la diferencia, siempre la había sabido, entre su jefe y la de ellos, los líderes políticos del pueblo, que se preocupaban sólo por cosas como el estado, o la república: esta niña era más importante que todo un continente”.
Y es aquí donde se separan los caminos, y los idearios socio-políticos, de aquél y de Philby; para el maestro de espías no se puede minimizar el cometido de esos líderes que sólo se preocupaban por cosas como el estado o la república; estas “cosas” son la eliminación de la alienación, la equidad, el derecho de asociación, expresión y manifestación, la educación pública, la sanidad garantizada, la redistribución de las tierras etc. Todo ello es esencial para la vida humana, para la dignidad, para la liberación de las cadenas de la explotación de clase
En el siguiente párrafo los dos ingleses se separan aún más. Greene hace decir al protagonista que si el Presidente de la República, allá en la capital, está protegido por multitud de hombres armados, Brigitta esta guardada por todos los ángeles del cielo. Porque tanto el narrador, como su personaje creen en ángeles, arcángeles, querubines y serafines, tronos y potestades; en la resurrección de los muertos, en la inmortalidad del alma, en Dios Todopoderoso, en que Jesucristo posee naturaleza divina, en su Segunda Venida, en el purgatorio, en la vida futura contemplando a Dios y así sucesivamente.
En todo ello no cree el teniente de policía, ni los marxistas, ni los espías de Cambridge. Entre el cura del whiskey (Greene) y el policía (Philby) puede haber muchas puntos de convergencia, como la preocupación por los pobres, el deseo de mejorar su lamentable condición laboral y sanitaria, la confianza en el futuro de México (y de la humanidad), la aspiración a la educación universal y gratuita, la creencia en la bondad natural del ser humano y su perfectibilidad… y mucho más. Pero discrepan radicalmente so0bre “lo que hay”, sobre qué clase de entes existen; recurriendo a las categorías aristotélicas podemos decir que no coinciden sobre lo que es accidental o substancial; o, mejor dicho, sobre qué tipo de substancias “hay”. Para el cura (Greene) hay: Dios, alma, mundo espiritual, cielo; para el policía (Philby) nada de lo anterior, pues todas ellas se reducen a Materia, la única y verdadera sustancia; las aceptadas por el catolicismo no llegan ni al rango de substancias segundas (Ideas-Formas platónicas), son sólo entes de ficción.
Si la dicotomía egoísmo-altruismo es la piedra de toque de la moralidad, el policía gana por goleada al cura; ya vimos que aquél era de dedicación ascética a su trabajo revolucionario, sin aprovecharse de las mujeres, sin “mordidas”, sin maquinaciones de “trepa” político. El cura ha fracasado en muchos respectos en su “misión” con los aldeanos.
Cuando, después de seis años, celebra la misa otra vez en la aldea, su sermón tiene colores fuertes de resignación cristiana, y de alabanza de los pacíficos corderos: “El cielo es donde no hay jefe, ni leyes injustas, ni soldados, ni hambre”. Si el policía hubiera atendido ese oficio religioso, habría gritado: aquí tienen Vds. un ejemplo preclaro de lo que es el opio del pueblo; los curas proporcionando adormidera a las ya de por sí algo inertes conciencias de los campesinos mexicanos; no se rebelen, no reclamen una justa distribución de las tierras, no exijan la apropiación de aquellos mercancías que han producido.
En un esforzado y penoso encuentro con Brigitta el cura intenta transmitirle cuanto la ama y se preocupa por ella; en esta escena tenemos a Greene en plena forma de Greenelandia, navegando a todo trapo con el más favorable de los vientos.
El padre intenta comunicar a su hija cuanto la ama, y cuan importante es; asegura que por ella daría la vida, o mejor el alma. ¡Atención! Éste será el eje central de la más atrevida y arriesgada (sus detractores apostillarán tremebunda e inverosímil) de las obras teatrales de nuestro autor: “El invernadero”. Y ahora reproduzcamos las propias palabras del narrador, puesto que no en vano es un experto en el lenguaje y la traslación de emociones:
“Ésa era la diferencia, siempre la había sabido, entre su jefe y la de ellos, los líderes políticos del pueblo, que se preocupaban sólo por cosas como el estado, o la república: esta niña era más importante que todo un continente”.
Este párrafo es 100% Graham Greene. Y es aquí donde se separan los caminos, y los idearios socio-políticos, de aquél y de Philby; para el maestro de espías no se puede minimizar el cometido de esos líderes que sólo se preocupaban por cosas como el estado o la república; estas “cosas” son la eliminación de la alienación, la equidad, el derecho de asociación, expresión y manifestación, la educación pública, la sanidad garantizada, la redistribución de las tierras etc. Todo ello es esencial para la vida humana, para la dignidad, para la liberación de las cadenas de la explotación de clase. ¿Un niño más importante que un continente? ¿Cuántos niños son habitantes de un continente?
En el siguiente párrafo los dos ingleses se separan aún más. Greene hace decir al protagonista que si el Presidente de la República, allá en la capital, está protegido por multitud de hombres armados, Brigitta esta guardada por todos los ángeles del cielo. Porque tanto el narrador, como su personaje creen en ángeles, arcángeles, querubines y serafines, tronos y potestades; en la resurrección de los muertos, en la inmortalidad del alma, en Dios Todopoderoso, en que Jesucristo posee naturaleza divina, en su Segunda Venida, en el purgatorio, en la vida futura contemplando a Dios y así sucesivamente.
En todo ello no cree el teniente de policía, ni los marxistas, ni los espías de Cambridge. Entre el cura del whiskey (Greene) y el policía (Philby) puede haber muchas puntos de convergencia, como la preocupación por los pobres, el deseo de mejorar su lamentable condición laboral y sanitaria, la confianza en el futuro de México (y de la humanidad), la aspiración a la educación universal y gratuita, la creencia en la bondad natural del ser humano y su perfectibilidad… y mucho más. Pero discrepan radicalmente sobre “lo que hay”, sobre qué clase de entes existen; recurriendo a las categorías aristotélicas podemos decir que no coinciden sobre lo que es accidental o substancial; o, mejor dicho, sobre qué tipo de substancias “hay”. Para el cura (Greene) hay: Dios, alma, mundo espiritual, cielo; para el policía (Philby) nada de lo anterior, pues todas ellas se reducen a Materia, la única y verdadera sustancia; las aceptadas por el catolicismo no llegan ni al rango de substancias segundas (Ideas-Formas platónicas), son sólo entes de ficción.
Si la dicotomía egoísmo-altruismo es la piedra de toque de la moralidad, el policía gana por goleada al cura; ya vimos que aquél era de dedicación ascética a su trabajo revolucionario, sin aprovecharse de las mujeres, sin “mordidas”, sin maquinaciones de “trepa” político. El cura ha fracasado en muchos respectos en su “misión” con los aldeanos.
Cuando, después de seis años, celebra la misa otra vez en la aldea, su sermón tiene colores fuertes de resignación cristiana, y de alabanza de los pacíficos corderos: “El cielo es donde no hay jefe, ni leyes injustas, ni soldados, ni hambre”. Si el policía hubiera atendido ese oficio religioso, habría gritado: aquí tienen Vds. un ejemplo preclaro de lo que es el opio del pueblo; los curas proporcionando adormidera a las ya de por sí algo inertes conciencias de los campesinos mexicanos; no se rebelen, no reclamen una justa distribución de las tierras, no exijan la apropiación de aquellos mercancías que han producido.
En un esforzado y penoso encuentro con Brigitta el cura intenta transmitirle cuanto la ama y se preocupa por ella; en esta escena tenemos a Greene en plena forma de Greenelandia, navegando a todo trapo con el más favorable de los vientos.
El padre intenta comunicar a su hija cuanto la ama, y cuan importante es; asegura que por ella daría la vida, o mejor el alma. ¡Atención! Éste será el eje central de la más atrevida y arriesgada (sus detractores apostillarán tremebunda e inverosímil) de las obras teatrales de nuestro autor: “El invernadero”. Y ahora reproduzcamos las propias palabras del narrador, puesto que no en vano es un experto en el lenguaje y la traslación de emociones:
“Ésa era la diferencia, siempre la había sabido, entre su jefe y la de ellos, los líderes políticos del pueblo, que se preocupaban sólo por cosas como el estado, o la república: esta niña era más importante que todo un continente”.
Este párrafo es 100% Graham Greene. Y es aquí donde se separan los caminos, y los idearios socio-políticos, de aquél y de Philby; para el maestro de espías no se puede minimizar el cometido de esos líderes que sólo se preocupaban por cosas como el estado o la república; estas “cosas” son la eliminación de la alienación, la equidad, el derecho de asociación, expresión y manifestación, la educación pública, la sanidad garantizada, la redistribución de las tierras etc. Todo ello es esencial para la vida humana, para la dignidad, para la liberación de las cadenas de la explotación de clase. ¿Un niño más importante que un continente? ¿Cuántos niños son habitantes de un continente?
En el siguiente párrafo los dos ingleses se separan aún más. Greene hace decir al protagonista que si el Presidente de la República, allá en la capital, está protegido por multitud de hombres armados, Brigitta esta guardada por todos los ángeles del cielo. Porque tanto el narrador, como su personaje creen en ángeles, arcángeles, querubines y serafines, tronos y potestades; en la resurrección de los muertos, en la inmortalidad del alma, en Dios Todopoderoso, en que Jesucristo posee naturaleza divina, en su Segunda Venida, en el purgatorio, en la vida futura contemplando a Dios y así sucesivamente.
En todo ello no cree el teniente de policía, ni los marxistas, ni los espías de Cambridge. Entre el cura del whiskey (Greene) y el policía (Philby) puede haber muchas puntos de convergencia, como la preocupación por los pobres, el deseo de mejorar su lamentable condición laboral y sanitaria, la confianza en el futuro de México (y de la humanidad), la aspiración a la educación universal y gratuita, la creencia en la bondad natural del ser humano y su perfectibilidad… y mucho más. Pero discrepan radicalmente so0bre “lo que hay”, sobre qué clase de entes existen; recurriendo a las categorías aristotélicas podemos decir que no coinciden sobre lo que es accidental o substancial; o, mejor dicho, sobre qué tipo de substancias “hay”. Para el cura (Greene) hay: Dios, alma, mundo espiritual, cielo; para el policía (Philby) nada de lo anterior, pues todas ellas se reducen a Materia, la única y verdadera sustancia; las aceptadas por el catolicismo no llegan ni al rango de substancias segundas (Ideas-Formas platónicas), son sólo entes de ficción.
la novela comunica el estado saludable y resistente de la Iglesia en el México de 1.938 a ambos en perfecta sintonía, debido a su preocupación por la redistribución de la riqueza y la condición de las masas trabajadoras
Recordemos que el cura del whiskey le razonaba al teniente de policía que si los líderes de la Revolución mexicana caían en los mismos vicios de rapacidad, acumulación de bienes, e inmoralidad que los anteriores latifundistas, entonces todo el designio perdía su significado. ¿Por qué? Aunque en el México de 1.910 no se inició un movimiento comunista, vamos a orientarnos a través de la teoría marxista para responder.
El protagonista de “El Poder y la Gloria” estaba en la certeza de que si todos los sacerdotes, o incluso la gran mayoría de los fieles católicos, fueran éticamente vergonzantes, a pesar de todO, la Buena Nueva conservaría su fuerza y valor. Siempre pueden aparecer hombres mejores en tiempos mejores; en cambio la Revolución no sobreviviría a la indecencia de sus dirigentes y principales seguidores.
No albergamos dudas acerca de que Greene comparte completamente tales enunciados de su personaje, y que en este caso (no en otros de la obra), habla por su boca. ¿Cuál es la fuente última de esta radical divergencia entre catolicismo y comunismo? Greene nunca la manifiesta con estas palabras, pero nosotros vamos a emplearlas: el primero es portador de la Verdad (el Camino y la Vida), y el segundo no.
Y por fin llega la escena cumbre de la pieza y se llega al final del laberinto. James visita a su tío William, un sacerdote no muy ejemplar debido a su afición (¡cómo no!) a la bebida; tenemos otro cura del whiskey, que esconde una botella del ansiado bebedizo tras un tomo de la “Enciclopedia Católica”. Ayudado tío y sobrino por el consumo alcohólico, que suelta sus lenguas y sus memorias, ambos consiguen recordarlo todo, fundamentalmente el tío desde luego. Éste quería enormemente a James, como a un hijo (¿por qué no?), y casi lo había conducido hasta la fe religiosa; sin embargo existía un rival dialéctico incomparablemente equipado de convincentes argumentaciones: H. C. Callifer. Éste fue tan destructor con su bisturí cientificista y racionalista con la tímida fe que brotaba de su hijo, que éste concluyó emocionalmente aniquilado; y sólo entrevió como recurso la cuerda del suicida. El padre Callifer, desgarrado hasta el paroxismo, le pide a su Dios que devuelva la vida al inocente a cambio de lo único valioso que él posee: su fe.
Ciertamente el sacerdote ha reconocido ante su patrona que hace treinta años que perdió toda creencia; ¿por qué? Tras la visita traumática de James lo sabe; la rememoración por fin llega para ambos sufrientes, y James deja a su tío rezando de verdad.
Conclusión:
“El Poder y la Gloria” nos ha presentado rápidamente a sus protagonistas/antagonistas: un cura débil y fugitivo - un policía ascético, cargado de un sentido de misión hacia la justicia social. Es la Iglesia frente a Garrido Canabal, o mejor frente a Zapata o Cárdenas, si no pretendemos adscribir al teniente rasgos cercanos a la furia revanchista.
El páter-whiskey pierde el barco hacia Veracruz por atender a una moribunda: a pesar de su cobardía su función sacerdotal siempre está con él. Comienza de nuevo su vida de fugitivo, su Calvario personal; y verdaderamente la narración de Greene tiene mucho de Pasión, que aguarda ineludiblemente al protagonista aunque éste se desplace constantemente. Así que retorna a la aldea donde vive su hija Brigitta, y la madre de ésta; allí se presenta el teniente, sabueso impenitente, con la intención de encontrarlo y fusilarlo. Sin embargo no reconoce entre los diversos campesinos, y éstos tampoco lo denuncian; salvación casi inverosímil, digna de una novela barata de aventuras… y Greene no ha hecho sino empezar con las peripecias.
El Padre-whiskey decide, contra todo pronóstico razonable, continuar hacia el sur en vez de hacerlo hacia el estado del norte, mucho más suave en las leyes anticlericales. Sí, todo apunta a que tiene necesidad de expiación por… ¿Brigitta? ¿María? ¿su cobardía? ¿su vergonzoso ejercicio del ministerio? Todo ello posiblemente. No quiere entregarse, porque ello sería ceder a la injusticia del estado laico y perseguidor de Garrido Canabal; pero tampoco desea acomodarse a la cómoda ubicación en las grandes ciudades, donde no hay persecución, como la mayoría de los sacerdotes (incluyendo su obispo). No, nuestro clérigo no es tan impresentable, ni tan pusilánime después de todo.
Al llegar a la pequeña aldea de Candelaria encuentra por primera vez al mestizo (también sin nombre propio en la novela), quien comienza a seguirle sin pausa. ¿Qué es lo que pretende? Por una parte parece que buscaría la recompensa, ya que supuestamente lo ha reconocido como el cura fugitivo; por otro lado insiste en que sólo quiere ser su amigo, y además le pide la confesión. El páter niega repetidamente su identidad, sin conseguir ningún efecto, ya que incluso tiene que compartir choza con él durante una noche sin que se aclare la tensión entre ellos.
¿Es el mestizo un Judas o un hombre arrepentido que busca la absolución de un representante de Dios? ¿Ha reconocido de verdad al cura, o sólo tiene sospechas? ¿Escapará de sus garras aquél, o será traicionado para morir en una mazmorra? La novela aquí parece escorarse definitivamente hacia la línea de John Buchan, con abundantes sustos y sorpresas, y alejarse de la hondura existencial de Joseph Conrad, que fue la gran influencia de Greene en sus primeros años. Así se nota en “El Hombre Interior”, su primer éxito; y prácticamente en todos sus otras novelas hasta la presente. En “El Poder y la Gloria” hay un giro si no copernicano, sí decisivo en el estilo narrativo de Greene, que se hace más escueto y directo, menos (aparentemente) trabajado.
De este modo el páter consigue zafarse por fin en otra aldea, la suya natal precisamente, de la pegajosa compañía del mestizo, con lo cual parece libre de peligros; pero en un relato estilo Buchan nunca se sabe. En el siguiente capítulo Graham nos presenta a un mendigo que está hablando, o quizás más bien importunando a un hombre vestido de dril; éste, sin nombre, intuimos inmediatamente que es nuestro también innominado sacerdote; el escenario es ahora la capital del estado innominado (Tabasco desde luego). Así pues el “héroe” buchaniano se metido en las fauces del lobo, el toro más bravo de la ganadería anticlerical del Presidente (o Jefe Máximo) Elías Calles, i.e. el gobernador Garrido Canabal. ¿Conseguirá el protagonista huir de las redes letales del malvado jerarca? ¿Escapará por fin hacia el estado del norte, para instalarse dichoso en una urbe pro-católica? ¿Será encontrado y denunciado por el pérfido mestizo? La respuesta en la próxima entrega, que podrá Vd. adquirir en su quiosco habitual.
Así comenzó a proceder Greene en sus “entretenimientos”, distanciándose de la redacción exquisita y preciosista de Conrad o James, para comunicarnos con pocos intermediarios lingüísticos quién es quien y qué esta sucediendo. Nuestro escritor perdía así en impacto estético, pero ganaba ciertamente en inmediatez. Ese cambio de formas se traspasó asimismo a sus textos más “serios”, con lo cual el Greene maduro ya jamás nos recordará a sus admirados juvenilmente Conrad y James; pero tampoco puede ser catalogado (y no lo es) dentro de la Historia de la Literatura en el mismo rango que Buchan o A. Christie: él es mucho más profundo psicológicamente, más comprometido socialmente, más ambicioso teológicamente, más católico.
De modo que el padre-whiskey consigue a través del mendigo pelmazo averiguar donde puede adquirir un poco de vino, en ese estado donde reina la “ley seca”. Lo último es una muestra del rigor ascético, pero laico, de Garrido Canabal y Calles, parte de la ideología y modo de conducta que pretenden oponer a la doctrina católica. Por el camino hacia la casa del vendedor se tropiezan con un pelotón de policías, acompañando al mestizo, quien claramente está allí para denunciar a aquél que le reportará una generosa recompensa; el mastín no quiere soltar a la presa, y el suspense no decrece. Greene está en el sendero literario de sus “entretenimientos”, alejado al parecer de motivaciones religiosas y búsquedas teológicas; no lo creamos del todo, por el contrario.
El vendedor de la mercancía prohibida resulta ser nada menos que un primo del gobernador, y además la transacción se efectúa en presencia del jefe de policía (por tanto superior del teniente). Comprada la botella de vino el sacerdote no puede negarse, está ante autoridades después de todo, a que los tres hombres (se suma el mendigo) caten el producto.
Aquí Green se muestra en plena forma, y en pura expresión de su aproximación directísima a la “acción”; es penoso “ver” como el vino va desapareciendo en las barrigas de los tres descreídos ante la angustia del páter, no descrita verbalmente sino sólo inferida debido a la magnitud de la ofensa. Efectivamente, el líquido precioso, insubstituible para el sacramento de la Eucaristía y la presencia corporal de la Divinidad en este mundo lamentable, se volatiliza ante los ojos del oficiante de la ceremonia, que ahora no podrá tener lugar. Greene consigue esto con frases muy cortas, casi de sujeto/verbo/predicado, ausencia de circunloquios y de tropos, y renuncia a términos cargados de magnificencia y trascendencia. Cristo ya no podrá descender a la Tierra, a través de la misa, a través de la mano de “este” sacerdote, lo cual es trágico; pero Graham no insiste en ello con multitud de oraciones de lamento, de trabajada composición gramatical. El hecho es suficientemente tremendo para estremecer al lector, y así lo deja el hacedor del relato.
Algo más tarde el Padre-whiskey, escabulléndose de la policía entra por casualidad en un establecimiento público lleno de… ¡Camisas Rojas! Coincidencias al estilo Buchan desde luego, lejanísimas a J. Conrad o H. James. De Guatemala a Guatepeor; de las fauces del lobo al vientre de la ballena. Y mala fortuna, tropieza con la pared y la botella de brandy en su bolsillo tintinea delatoramente, así que otra vez a correr huyendo de los secuaces directos de Garrido Canabal. En su escapada el páter acaba enfrente de la casa de vecino donde reside ¡el Padre José! ¿No acabarán nunca los cruces aleatorios de personajes y situaciones? No, ciertamente, como se exige del género representado espléndidamente por “Los Treinta y Nueve Escalones”, sea novela (Buchan) o cine (Hitchcock).
El Padre José se niega en redondo a auxiliarle, demostrando una cobardía inmarcesible, lo cual honra al escritor católico Greene, que ha sido capaz de delinear un personaje de su fe tan poco edificante. De modo que el protagonista termina en la comisaría de policía, donde se encuentra (¡más azar!) al teniente, quien, una segunda vez, no lo reconoce como el fugitivo que lleva escurriéndosele durante años. La celda en que le confinan es minúscula, superpoblada y llena de decrépitos morales entre algún miembro respetable de la comunidad católica, que está allí como tal y no como delincuente.
El páter admite en ese ámbito cerrado física y psicológicamente que lo es, pero nadie se decide a denunciarle a pesar de la suculenta recompensa. En su autobiografía Greene comentaba que esta escena en la cárcel era de lo más satisfactorio que recordaba de su producción; unos fragmentos literarios que él mismo estimaba como realmente conseguidos. Los intercambios entre los recluidos son ciertamente conmovedores, desde el asesino a la piadosa mujer, y Graham salta de uno a otro con habilidad circense; ni un momento de descanso, ni un instante de aburrimiento, siempre emocionando e incluso haciéndonos estremecer (eso significa en inglés la palabra “thriller”).
Al día siguiente el páter-whiskey descubre horrorizado que en las celdas contiguas se encuentran los rehenes atrapados por el teniente para que las aldeas hagan acto de delación de su presencia en ellas. Aunque de ésta saldrá nuestro cura, para volver a la cárcel ya definitiva y terminalmente, estos fragmentos de “El Poder y la Gloria” conforman una auténtica Pasión; son un sufrimiento físico (el cura teniendo que acarrear los baldes de excrementos, incluido) y ante todo moral extremado. Los acontecimientos hurgan en la herida de la culpa y la indignidad del hombre, y del representante de Dios, hasta el punto de que no es posible que duela más.
Por ende, en una de las celdas se tropieza con el malhadado mestizo; al fin alguien le reconoce, pero tampoco ahora será denunciado, pues en tales circunstancias la recompensa no sería cobrada. Sólo le resta el interrogatorio del teniente, quien, incluso apiadado de su indigencia le da una moneda de cinco pesos. El narrador no se desliza hacia el fácil maniqueísmo de admirables católicos versus fanáticos revolucionarios socializantes; el policía conlleva casi todo lo recomendable de Zapata o Cárdenas, aunque desgraciadamente es tan implacable en la eliminación de lo que estorba al Movimiento de la Historia en México como el Presidente Obregón, al amigo íntimo de los fusilamientos sumarios. Nada debe estorbar la Marcha Ineluctable hacia la Utopía de Justicia Social, y si es necesario fusilar o espiar a tus amigos (Philby), ello es un mal necesario.
Durante toda esta parte de la novela Greene se ha desenvuelto como un cochino en un charco de agua sucio, o un potro mesteño en las amplias praderas del Medio Oeste: con absoluta libertad y control de la situación. Él es aquí alguien que domina perfectamente todos los pasos del baile, de manera que parece repetirlos casi en estado de duermevela; es un consumado maestro de la técnica del relato policiaco, y nos arrastra a través de él con una agilidad que podríamos adjetivar de cinemática. Como ya hemos mencionado, a partir de “El Poder y la Gloria”, y de “El Agente Confidencial”, el “entretenimiento” policiaco que escribió a la vez, su estilo novelístico se alejará irreversiblemente de Conrad et alteri. Sería una grosera simplificación aseverar que Greene aborda temáticas conradianas, o profundamente éticas, o sentidamente católicas, con el envoltorio de un relato de suspense. Tal afirmación erigiría una dicotomía radical entre el fondo y la forma; una grieta contundente entre el “fenómeno” (lo que se manifiesta a la luz) y el “noúmenos” kantiano (la cosa en sí misma, la auténtica realidad del relato).
Toda la parte de “El Poder y la Gloria” que transcurre en la capital del estado, con el páter-whiskey escapando de los policías, del mestizo, de los Camisas Rojas, buscando comprar el anhelado vino en casa del archienemigo, humillado por un ex-sacerdote, encarcelado con delincuentes y víctimas, cuestionado por su perseguidor permanente, descubierto pero no delatado etc. etc. se puede (y se debe) leer de un tirón, conteniendo el aliento mientras se aguarda el desenlace de tantos avatares.
Para este policía la vuelta al estado natural de la sociedad exige en primer lugar fusilar al cura y a otros como él, que defienden teórica y teológicamente el viejo y usurpador sentido de la propiedad.

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