sábado, 28 de abril de 2007

Comentario al libro

Una teoría de los medios de comunicación
De John B. Thompson
Realizado por: Andrés Campoy Alcolea


La intención del autor es la de desmenuzar la influencia que tienen los medios de comunicación en la sociedad moderna, pues estos ocupan un papel central al mismo tiempo que paulatinamente van produciendo un gran impacto.
Este impacto ya se produjo en la Edad Media con la aparición de la imprenta y ha ido evolucionando paulatinamente hasta llegar en la actualidad a una nueva revolución en base a las nuevas técnicas informáticas.
El autor presenta en los primeros capítulos el desarrollo, tanto teórico como histórico de los medios de comunicación en el marco de una teoría social. Más adelante, desarrolla el argumento mediante el cual los medios de comunicación han creado en nuestra sociedad actual una nueva forma de acción y de interacción, tratando a continuación de analizar estas formas de la manera más rigurosa y precisa posible.


En el capítulo cuatro, realiza una exploración sobre el impacto de los medios de comunicación en la relación entre lo público y lo privado, así como la cambiante vinculación entre visibilidad y poder. Manifiesta que como consecuencia del desarrollo de los medios de comunicación, no solo han aparecido nuevas formas de poder visible, sino que también estas formas nuevas lo han hecho en una escala sin precedentes.
En los capítulos seis y siete se detallan algunas de las maneras mediante las cuales los medios de comunicación han influido en la vida cotidiana de los individuos, alentando una renovación en las tradiciones y arrancando estas de sus contextos originales. También expresa la afectación del yo de las personas por la proliferación de materiales mediáticos.
Finalmente, trata de cuestiones como la de la realización de una normativa más amable respecto al papel que las instituciones mediáticas pueden y deberían desempeñar en el cultivo de un estilo de vida autónomo y responsable.
Presenta el libro una rica y variada bibliografía sobre la historia de la cultura y la historia de las comunicaciones. La historia social tiene tanto que ofrecer como que recibir sobre la investigación en comunicación; por tanto, una teoría social de los “medios” podía ayudar a ubicar su estudio en un punto entre un grupo de disciplinas preocupadas por la aparición y enorme desarrollo y características estructurales de las sociedades modernas y su futuro. También recurre el libro a la bibliografía sobre la teoría social y cultura contemporánea.
En el estudio de la teoría social y cultural contemporánea presenta en primer lugar la línea procedente del trabajo de la escuela de Francfort con Adorno y Marcase, a la que también hay que añadir la gran fuerza de los primeros trabajos de Habermas, a pesar de que hay muchos puntos en la argumentación de Habermas. No le resulta convincente. Una segunda tradición de pensamiento que utiliza es la del trabajo de los teóricos de los “media”, como Marshall McLuhan, Harold Innis, etc. La tercera tradición es la hermenéutica, una tradición preocupada, a grandes rasgos, por la interpretación contextualizada de las formas simbólicas. En esta línea, entre las recientes contribuciones, están los trabajos de Gadamer y Ricoeur, que destacan que el hecho de que la recepción de las formas simbólicas, siempre implican un proceso de interpretación creativo y contextualizado en el cual los individuos hacen uso de los recursos disponibles para dar sentido a los mensajes que reciben.

Desarrollo de la obra
1.- Comunicación y contexto social.
Desde el principio los seres humanos siempre han tenido necesidad de comunicarse, y para esta comunicación han necesitado de la producción e intercambio de información y contenido simbólico. Sin embargo, desde finales del siglo XV hasta hoy, los procesos de producción, almacenamiento y circulación de información han estado transformándose en varios sentidos: se han convertido en productos que pueden comprarse y venderse en el mercado; han pasado a ser accesibles a individuos ampliamente diseminados en el espacio y el tiempo. Es decir, han roto los límites geográficos y temporales. Además, éste proceso se ha desarrollado de manera profunda e irreversible.
En la actualidad es frecuente oír decir que la publicación es una forma de acción. Esta acción es propia de la vida social, y se debe a que los propios individuos llevan a cabo propósitos y objetivos de varios tipos. Siempre actúan dentro de un conjunto de circunstancias previamente establecidas, que ofrecen a los individuos diferentes inclinaciones y oportunidades. A éstas circunstancias las podemos denominar campos de interacción. Los individuos se posicionan de forma diferente en el interior de estos campos, dependiendo de los diferentes tipos y cantidad de recursos disponibles para ellos.
Las posiciones individuales dentro de cada campo están íntimamente relacionadas con el poder que se posee en él, de manera que ese poder podríamos decir que es la capacidad que tiene el individuo para actuar de acuerdo a la consecución de los propósitos e intereses, y también la capacidad del individuo para intervenir en el curso de los acontecimientos y, por lo tanto, de los resultados que se obtienen. Este poder es factible de ser ampliado mediante la acumulación de varios tipos de recursos, bien a nivel individual o bien a nivel institucional.
Los estados como instituciones se han convertido en centros particularmente importantes de concentración de poder en el mundo moderno. Pero la importancia de las instituciones estatales no debería impedirnos apreciar el hecho de que el poder público político y manifiesto constituye solo una forma de poder tan solo especializada, y que los individuos comúnmente ejercen el poder en muchos contextos que tienen que ver poco o nada que ver con el Estado. Siguiendo a Michael Mann, éste distingue cuatro tipos de poder: el económico, político, coercitivo y simbólico.
El poder económico se refiere a los procesos de producción humanos, que implica el uso de materiales y recursos financieros. Con el desarrollo de las sociedades modernas, las instituciones del poder económico han aumentando la escala y la envergadura de dicho poder.
A diferencia del poder económico, el poder político procede de la actividad de coordinar y regular las relaciones entre los individuos. Aquí el Estado tiene un papel muy significativo, y en último caso, para llevar a cabo sus fines cuenta con el poder coercitivo, para defender el ejercicio del poder político. La autoridad del Estado también puede ser definida mediante la difusión de formas simbólicas y hechos reales que permiten cultivar y sostener la creencia en la legitimidad del poder político.
El poder coercitivo supone la utilización de la fuerza o las amenazas para someter o vencer al oponente. Este poder históricamente ha recaído en las instituciones militares, y en la actualidad lo ejercen tanto los militares como las fuerzas de orden público y las instituciones penitenciarias.
El poder cultural o poder simbólico es el que procede de la actividad productiva, transmisora y receptora de formas simbólicas significativas. Los individuos constantemente se dedican a la actividad de expresarse de forma simbólica y de interpretar al mismo tiempo las expresiones de los demás. Este poder es muy importante porque posee una fuerte capacidad de intervenir en el transcurso de los acontecimientos, para influir en las acciones de los otros y crear acontecimientos reales, a través de los medios de producción y transmisión de las formas simbólicas. En la vida social, que es donde se desarrolla este poder, tenemos algunas instituciones como las religiosas con una influencia muy importante, ocupándose básicamente de la producción de símbolos relacionados con la salvación, los valores espirituales y otras creencias. También son muy importantes las instituciones educativas, ocupadas de transmitir los contenidos simbólicos adquiridos, así como las habilidades.
Sin embargo, la comunicación es un tipo de actividad social diferenciada, porque implica la producción, transmisión y recepción de las formas simbólicas. Para ello, los individuos emplean medios técnicos y distintos soportes. Estos medios técnicos permiten un cierto grado de fijación de las formas simbólicas con varios grados de durabilidad. Otra característica de los medios técnicos es que permiten un cierto grado de reproducción de múltiples copias; en ello la imprente tuvo un papel decisivo, permitiendo posteriormente la explotación comercial de estos medios técnicos. La explotación comercial de libros, grabaciones musicales, etc., se basa en la capacidad de producir múltiples copias de un trabajo, y controlar su proceso de producción de manera que genere beneficios. El tercer aspecto de los medios técnicos es que tienen en cuenta también determinados grados de separación espacio-temporal, que varían enormemente dependiendo de las circunstancias de comunicación y del tipo de soportes técnicos empleados; en el caso de las conversaciones cara a cara, por ejemplo, existe una separación espacio-temporal relativamente escasa.
El uso de soportes técnicos generalmente presupone un proceso de codificación que requiere reglas y procedimientos para la descodificación de la información o de contenidos simbólicos, que requiere habilidades, competencias y formas de conocimiento específicas.
Con frecuencia utilizamos el término “comunicación de masas” que realmente es un término engañoso, pues describe de manera ambigua la situación de la mayoría de los productos mediáticos, pasados y presentes. La comunicación de masas no se caracteriza por el número de individuos que reciben los productos, sino más bien por el hecho de que los productos estén disponibles, en principio, a una pluralidad de destinatarios. Hay que abandonar la suposición de que los destinatarios de la información son observadores pasivos, cuyos sentimientos han estado permanentemente aletargados por la continua recepción de mensajes similares, la realidad no es así, pues los receptores siempre tienen alguna capacidad para intervenir y contribuir en el curso y contenido del proceso comunicativo. De la misma manera, puede resultar engañoso el término “comunicación”, ya que los medios empleados en esta son completamente diferentes a aquellos que forman parte de las conversaciones ordinarias. Por todo ello, el término “comunicación de masas” debe utilizarse con un gran tacto, y en todo caso con éste término habría que referirse a la “producción institucionalizada y difusión generalizada de bienes simbólicos a través de la fijación y transmisión de información o contenido simbólico”.
El desarrollo de la comunicación de masas resulta inseparable del desarrollo de las industrias mediáticas. La explotación comercial implica por tanto el desarrollo de las innovaciones técnicas. Otra característica de la comunicación de masas es que instituye una ruptura estructurada entre la producción de formas simbólicas y su recepción, que implica que los receptores de los mensajes mediáticos están abandonados a su libre albedrío. La extensión de la disponibilidad de las formas simbólicas en el espacio y el tiempo sería otra de las características importantes de los medios de comunicación, que en la actualidad se produce a gran velocidad. Una quinta característica de la comunicación de masas es la que conlleva la circulación pública de las formas simbólicas, es decir, el contenido de los mensajes mediáticos se hace público, visible por múltiples individuos que están dispersos a lo largo de distintos contextos.
El uso de los medios permite a los individuos trascender las fronteras temporales y espaciales que caracterizan la interacción cara a cara. El advenimiento de la telecomunicación, en su momento desembocó en la separación espacial y temporal, en el sentido de que la distancia espacial dejó de requerir distancia temporal. La separación del espacio y el tiempo dio lugar al descubrimiento de la simultaneidad despacializada que llevó a la estandarización del sistema horario internacional.
Los medios de comunicación también desempeñan un importante papel en la formación de nuestra percepción de la distancia, a medida que se incrementó la velocidad de transporte-comunicación. La distancia pareció disminuir, lo que nos lleva a que cada vez la manera de experimentar el paso del tiempo podría estar cambiando en la actualidad, ya que nos resulta más difícil sostener una concepción lineal de la Historia como progreso. Es arriesgado decir si este cambio continuará y, si así sucede, cuales serán sus consecuencias.
2.- Los “media” y el desarrollo de las sociedades modernas.
Entre las características del mundo moderno podemos decir que estas son el resultado de un conjunto de transformaciones que se iniciaron en Europa a finales de la Edad Media y principios de la era moderna. El impacto de estas transformaciones se dejó sentir de manera creciente más allá de los centros urbanos en expansión y de los Estados que iban construyéndose en Europa. Algunas de las principales transformaciones, según los sociólogos de la Historia, han sido las siguientes: en primer lugar, el surgimiento de las sociedades modernas implicó un conjunto característico de cambios económicos a través del cual el feudalismo europeo fue transformándose poco a poco en un nuevo sistema de producción e intercambio capitalista; en segundo lugar, este moderno desarrollo originó que el número de unidades políticas en la Europa Medieval se fuera reduciendo y encajando dentro de un nuevo sistema de Estados nacionales; en tercer lugar, parece claro que la guerra y sus preparativos jugaron un crucial papel en éste proceso de cambio político. Hay que tener en cuenta, no obstante, que en los cambios que ocurren en una región o clase, podrían no ocurrir en otra, o podrían ocurrir de maneras totalmente diferentes, a niveles y con consecuencias totalmente distintas.
Si nos preguntáramos cómo deberíamos caracterizar las principales transformaciones institucionales de las sociedades modernas, deberíamos empezar por analizar las transformaciones producidas por la economía, el comercio, los descubrimientos geográficos, la revolución industrial. Desde el punto de vista político, el Estado moderno actual ha surgido a partir de un largo proceso de formación del Estado. Los territorios extranjeros en este proceso proporcionaban fuentes adicionales de ingresos, convirtiéndose en importantes socios comerciales para los capitalistas y los comerciantes establecidos en Europa. El ejemplo más significativo son las Administraciones Coloniales. La constitución de un Estado fuerte, generalmente, estaba precedida por la formación de un sentimiento fuerte interno de identidad nacional dentro de sus fronteras, “el nacionalismo”, orientado explícitamente al logro de unos objetivos comunes. En este proceso hay que significar el papel jugado por las instituciones religiosas, fundamentalmente la Iglesia católica romana, como institución central del poder simbólico en la Europa medieval. La fragmentación de la autoridad religiosa y su pérdida de influencia política fue paralela a un segundo cambio producido por el desarrollo de las ciencias, tales como la botánica, la medicina, etc., de manera que el poder científico paulatinamente fue separándose de la Iglesia. Otro tercer cambio fue el de la aparición de la imprenta.
En 1450 Gutenberg había desarrollado suficientemente sus técnicas de impresión para su explotación comercial. El desarrollo de la imprenta fue rápido, siendo las ciudades alemanas e italianas los centros más importantes de publicación. La mayoría de los primeros libros eran ediciones de las Sagradas Escrituras. También libros de filosofía y teología, junto a textos sobre leyes y temas científicos para el público universitario. El crecimiento de la industria de la impresión creó nuevos centros y redes de poder simbólico, encaminadas a la producción de bienes. La censura estimuló sin embargo un vigoroso comercio de contrabando de libros, pues durante la Reforma, el Papado condenó las obras de Lutero, y los monarcas promulgaron edictos en los que se ordenaba que se quemaran sus libros.
La imprenta también permitió acumular y difundir datos sobre el mundo natural y social, desarrollando sistemas estandarizados de clasificación, representación y práctica. También editaron obras de ciencias populares, manuales prácticos, y almanaques que se vendían en gran cantidad.
Si nos preguntáramos quién leían los libros producidos la respuesta sería que los principales clientes eran las élites urbanas educadas, incluyendo el clero, los universitarios y los estudiantes, las élites políticas y la floreciente clase comercial. Sin embargo, el porcentaje de gente alfabetizada era muy bajo en algunos sectores de la población urbana. El declive del latín también propició las ediciones en lenguas vernáculas, desarrollando las primeras redes de comunicación que se transmitían información de carácter político y comercial: en primer lugar, existía una extensa red controlada por la Iglesia, que le permitía mantener contacto con las élites clericales y políticas; en segundo lugar existían redes establecidas con las autoridades políticas de Estados y Principados; un tercer tipo estaba vinculado a la expansión de la actividad comercial, sobre todo en las ciudades italianas y centroeuropeas. Así fue como apareció el correo y e sistema de comunicación como el de los Fugger o el de la familia Taxis en Grecia. Las publicaciones periódicas de noticias verdaderamente como tales empezaron a aparecer en la segunda mitad del siglo XVI. Sin embargo, los orígenes de los periódicos modernos están a principios del siglo XVII.
Las autoridades políticas trataban de imponer cierto control sobre la proliferación de noticiarios y comunicaciones para, al mismo tiempo, con las tasas especiales impuestas aumentaban sus impuestos. Sin embargo la lucha planteada por la prensa independiente, jugó un papel crucial en el desarrollo del moderno Estado constitucional. Algunos de los primeros pensadores liberales y demócratas como Jeremy Bentham, James Mill y Hohn Stuart Mill, fueron fervientes defensores de la libertad de prensa.
En sus estudios Hebermas sostiene que el desarrollo del capitalismo mercantil del S XVI, junto con las cambiantes formas institucionales del poder político, crearon las condiciones para que, a principios de la Europa moderna, surgiera una nueva forma de esfera pública. En este contexto, el significado de autoridad pública empezó a cambiar; dejando de un lado la vida cortesana, para referirse más, a las actividades de un floreciente sistema estatal. Es lo que llamaríamos la sociedad civil, con un dominio de relaciones económicas privadas, bajo la tutela de la autoridad pública. En este contexto Habermas, concede una gran importancia a la aparición de la prensa periódica. Entre las críticas hechas a la explicación de Habermas, están las siguientes: 1.- Al centrar su atención en la esfera burguesa, olvida el significado de otras formas de discurso público y actividades sociales que existieron en Europa. 2.- Se puede cuestionar el énfasis de Habermas sobre la prensa periódica a principios del S XVIII, cuando en realidad ya había publicaciones anteriores. 3.- Una tercera crítica se relaciona con la naturaleza restrictiva de la esfera pública burguesa, compuesta por aquellos pocos individuos que habían tenido los medios educativos y financieros para participar en ella, mientras se excluía a trabajadores y campesinos, tanto hombres como mujeres.
El autor menciona en su visión panorámica sobre el crecimiento de las industrias mediáticas, que este se debe fundamentalmente a la transformación de las instituciones mediáticas en compañías con intereses comerciales, como un fenómeno comercial nuevo. De manera que so progresiva mecanización dio lugar a una mayor extensión en el mercado. También ve como a mediados del S XIX comienza el proceso que hoy llamamos globalización de la comunicación. Finalmente le da una importancia extraordinaria al empuje proporcionado por la aparición de la energía eléctrica.
3.- El desarrollo de la interacción mediática.
En este desarrollo distingue tres tipos de situación interactiva, creados por la utilización de los medios de comunicación y marcando una diferencia entre la interacción cara a cara en contraste con la interacción mediática y la interacción casi mediática. Para la primera la constitución espacio-temporal es de co-presencia; una sistema de espacio temporal compartido con multiplicidad de señales simbólicas orientada especialmente al otro o los otros y con carácter dialógico. La interacción mediática supone la separación temporal de contextos; con una disponibilidad extendida en el espacio y el tiempo, con un estrechamiento del radio de acción de señales simbólicas, también orientada específicamente a los otros y con carácter dialógico. Finalmente la interacción casi mediática tiene una gran similitud con la mediática pero está orientada hacia un indefinido número indefinido de receptores potenciales y tiene un carácter monológico.
4.- transformación de la visibilidad.
La continua transformación de la naturaleza de la visibilidad origina una cambiante relación entre visibilidad y poder que se puede analizar en la distinción entre lo público y lo privado, al distinguir dos sentidos en la dicotomía público y privado, valorando que el desarrollo de los mas madia, ha transformado la naturaleza del espacio público, volviendo a trazar nuevas relaciones históricas entre el poder y la visibilidad. Esto también ha dado lugar a la creación de nuevas oportunidades para los líderes políticos, y al mismo tiempo ha creado nuevos riesgos.
La distinción entre lo público y lo privado, tiene una larga historia en el pensamiento social y político occidental. En la Edad Media, el poder político institucionalizado fue creciendo mientras que los dominios de la actividad económica y las relaciones personales, quedaban fuera del control político directo generando las diferencias que en la actualidad separan lo público de lo privado.
Antiguamente la propiedad pública de los individuos y de los acontecimientos estaba vinculada a la idea de compartir un espacio común, opero el desarrollo de los “Medios” ha creado formas nuevas de propiedad pública, completamente diferentes de la propiedad pública tradicional, dejando de vincularse al hecho de compartir un lugar común.
5.- La globalización de la comunicación.
Una de las características más importantes de la comunicación en nuestro tiempo, es que tiene lugar a escala cada vez más global, a grandes distancias y con relativa facilidad por lo que podemos decir que la reordenación del espacio y el tiempo ocasionada por el desarrollo de los “mas media, es parte de un conjunto de procesos más amplios que han transformado y siguen transformado el mundo moderno. Esta globalización se manifiesta cuando las actividades tienen lugar en un ámbito o territorio global, cuando están planificadas a escala global e implican cierto grada de reciprocidad e interdependencia, de forma que diversas actividades localizadas en diferentes lugares del mundo, se configuran de la misma manera.
No cabe la menor duda de que la organización de la actividad económica y la concentración del poder económico ha jugado un papel fundamental en el proceso de globalización.
La primeras redes de comunicación se comenzaron a organizar en el S XIX y principios del S XX. El telégrafo fue uno de los primeros medios de comunicación que de manera exitosa, explotó el potencial comunicativo de la electricidad. Un segundo avance del S XIX, de importancia considerable, fue el establecimiento de las agencias internacionales de información: primero porque las agencias se ocupaban de la reunión y de la difusión sistemática de noticias y otras informaciones sobre amplios territorios; segundo porque las grandes agencias acordaron debido a su rivalidad competitiva, dividir el mundo en esferas de operación mutuamente excluyentes; porque se concentraron en torno a la imprenta. La primera agencia de información fue creada en París por Charles Havas; en 1835 y as partir de la segunda Guerra Mundial las cuatro agencias más importantes Reuter, AP, UPI, AFP, han mantenido sus posiciones de dominio en el sistema internacional, para la recopilación y difusión de noticias y otras comunicaciones.
Otro importante avance se refiere al desarrollo de nuevos medios de transmitir información a través de ondas electromagnéticas, librándose de la necesidad de tender cables fijos
La globalización de la comunicación, también ha traído aparejado un proceso estructurado y desigual que ha beneficiado más a unos que a otros. Ha sido el desarrollo de las nuevas tecnologías el que ha jugado un papel muy importante en la globalización de las comunicaciones. Con la instalación de satélites artificiales de comunicación. Otra característica central de la globalización es que los productos mediáticos circulan en una arena internacional, distribuidos en un mercado global. En cuanto a las pautas de acceso a los materiales simbólicos globalizados, estos están sujetos a diferentes pautas de asimilación.
6.- El rearraigo de la tradición
Aunque la tradición mantiene su significado, no cabe duda de que ha sido transformada de manera fundamental: la transmisión de materiales simbólicos que comprenden tradiciones se ha separado progresivamente de la interacción social en un espacio compartido. Las tradiciones no desaparecen pero pierden sus vínculos en los espacios compartidos de la vida cotidiana. El reamarre de tradiciones procedentes de espacios compartidos, de la vida diaria, no implica que las tradiciones floten libremente; por el contrario, las tradiciones se mantendrán a lo largo del tiempo si son continuamente rei8ncorporadas a nuevos contextos y rearraigadas a nuevos tipos de unidades territoriales.
La transformación de la tradición está vinculada de manera fundamental, con el desarrollo de los medios de comunicación. El vínculo es doble: de una parte facilita el declive de la autoridad y de los fundamentos tradicionales para la acción; por la otra, los nuevos medios de comunicación también han logrado separar la transmisión de la tradición del hecho de compartir un espacio común, en consecuencia, han creado condiciones para la renovación de la tradición a una escala que excede ampliamente cualquiera que haya existido en el pasado.
7.- El yo y la experiencia en un mundo mediático.
El desarrollo de los “media” no solo enriquece y transforma el proceso de formación del yo; también da lugar a un nuevo tipo de intimidad que antes no existía y que se diferencia en determinados aspectos fundamentales de las formas de intimidad características de la interacción cara a cara.
¿Cómo se enfrentan los individuos al flujo de la experiencia mediática en sus vidas cotidianas?. Lo normal es que se ocupen de forma selectiva, centrándose en aquellos aspectos que tienen un interés particular para ellos, e ignorando o filtrando el resto. Sin embargo, también se esfuerzan para dar sentido a fenómenos que desafían una compresión fácil, y se esfuerzan para relacionarlos en contextos y condiciones de sus propias vidas. En cuanto a la ideología muy debatida y criticada en los últimos años, podemos ver que el desarrollo de los “Medios” incrementa en gran medida la capacidad de transmitir potenciales mensajes ideológicos. También en un segundo aspecto, el desarrollo de los “medios” puede tener consecuencias negativas para el proceso de formación del yo: a mayor enriquecimiento del proceso de formación del yo mediante formas simbólicas, mayor es la dependencia de sistemas mediáticos que se escapan de su control. Un tercer aspecto es que la creciente disponibilidad de materiales simbólicos, puede tener un efecto desorientador.
8.- La reivindicación de la propiedad pública.
¿Cómo deberían organizarse los “medios” a nivel institucional? ¿Cuál debería ser su contribución a la vida social y política?.
Con la transformación de las organizaciones mediáticas en organizaciones comerciales a gran escala, la libertad de expresión, fue enfrentándose de manera progresiva a una nueva amenaza, amenaza que no procedía del excesivo uso del poder Estatal sino por el contrario, del libre crecimiento de las organizaciones mediáticas, como empresas comerciales, por ello según el autor se requiere una desconcentración de los recursos de las industrias mediáticas; por lo que la concentració9n debería restringirse, con una ley que permita crear las condiciones favorables para el desarrollo de las organizaciones mediáticas, que no formen parte de los grandes conglomerados, en dirección a una renovación de la política democrática, y hacia una ética de responsabilidad global

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